Israel quiere empezar con buen pie con Trump y prepara un plan de alto el fuego en el Líbano como «regalo»
La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos el pasado 5 de noviembre ya empieza a provocar los primeros golpes de efecto a lo largo y ancho del globo. Israel, que mantiene una guerra en la franja de Gaza desde hace más de un año y, desde hace seis semanas, una incursión terrestre en el sur del Líbano, empieza a mostrarse dispuesta a poner fin a las hostilidades ante la llegada del republicano a la Casa Blanca. Los primeros movimientos en este sentido ya han tenido lugar. Tan solo cuatro días después de que Trump se proclamara vencedor de los comicios sobre la demócrata Kamala Harris, este se reunió en su mansión de Mar-a-Lago (Florida) con un estrecho colaborador del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para abordar un posible alto el fuego en el Líbano, según informó The Washington Post.
Trump se comprometió durante la campaña electoral a poner fin a las guerras, entre ellas Ucrania e Israel. El republicano nunca concretó cómo pretendía conseguir tal cosa, pero en el caso del Estado judío, Trump le espetó a Netanyahu, durante una llamada telefónica: «Haga lo que tenga que hacer» contra Hezbolá y Hamás. Carta blanca para el primer ministro israelí, pero con la condición de que una vez que tome posesión del cargo, el próximo 20 de enero, ya no haya guerra en Oriente Medio. Por ello, según publica The Post citando a un estrecho colaborador de Netanyahu, el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, se reunió con Trump el pasado domingo en su residencia de Florida, antes de poner rumbo a la Casa Blanca para encontrarse con el todavía presidente estadounidense, Joe Biden. Dermer puso al corriente al republicano sobre en qué punto se encontraban las negociaciones para una tregua en el Líbano.
«Hay un consenso de que Israel regalaría algo a Trump. En enero habrá un entendimiento sobre el Líbano», señaló un alto funcionario israelí al medio estadounidense. El acuerdo planteado a Trump va en sintonía con los ya presentados en rondas anteriores. En líneas generales, el Gobierno de Netanyahu se compromete a poner fin a las hostilidades si la milicia chií libanesa Hezbolá se retira más allá del río Litani, como estipula la Resolución del Consejo de Seguridad 1701 y que puso fin a la guerra de 2006, también sugiere incrementar la presencia del Ejército libanés en la zona y dotar a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU de mayores recursos para hacer frente a Hezbolá. Sin embargo, el requisito que genera mayor controversia es la exigencia israelí de contar con libertad de actuación para atacar el sur del Líbano en caso de que existe cualquier amenaza de la milicia proiraní.
Tanto el Líbano como Hezbolá han descartado ya esa posibilidad, ya que lo consideran como una violación de la soberanía del país. Sin embargo, el partido-milicia chií sí se ha mostrado dispuesto a retirar a sus milicianos del sur del Líbano como parte de un alto el fuego temporal de 60 días, mientras que el Ejército libanés tomaría el control de la zona fronteriza. A estas negociaciones, Israel ha sumado, además, a un nuevo actor, Rusia. Varios medios hebreos informaron esta semana de que Dermer realizó un viaje secreto a Moscú para discutir los planes sobre el Líbano. Israel estaría presionado al Kremlin para que a su vez éste influya sobre el régimen sirio, de Bashar al-Ásad, para que corte los suministros a Hezbolá, siendo Siria su principal vía de escape. Así las cosas, la semana pasada, Netanyahu reconoció que ya había hablado con Trump hasta en tres ocasiones desde su victoria en las elecciones y que ambos veían «las grandes oportunidades en el campo de la paz».
Sin embargo, y de manera totalmente opuesta, el nuevo ministro de Defensa israelí, Israel Katz, rechazó frontalmente, este miércoles, la posibilidad de alcanzar un alto el fuego en el Líbano. Katz aseguró que el Ejército de Israel «no levantará el pie del acelerador» y golpeará al grupo islamista «con toda la fuerza». Paralelamente a la diplomacia, la guerra continúa, la aviación hebrea ha bombardeado de nuevo el sur de Beirut, tras emitir una orden de evacuación. Asimismo, el Ejército israelí ha asegurado haber matado a más de 200 milicianos de Hezbolá en las últimas semanas. En Gaza, el otro frente del conflicto, la situación en el norte, donde Israel mantiene un cerco desde el pasado mes de octubre, es dramática y las negociaciones para una tregua y la liberación de los 101 rehenes israelíes aún en manos de Hamás han acabado nuevamente en punto muerto.