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Hombres armados de tribus yemeníes participan en una manifestación de denuncia de los ataques israelíes y en solidaridad con Palestina, en los suburbios de la capital, Saná

Hombres armados participan en una manifestación en los suburbios de la capital de Yemen, SanáAFP

Israel centra ahora el foco en los hutíes de Yemen pero requiere de aliados

Oriente Medio ha demostrado ser una región de alta volatilidad y alianzas fluidas movidas, en ocasiones, por un pragmatismo coyuntural. Por ello, no es de descartar que a grandes y persistentes problemas comunes se establezcan grandes coaliciones

Israel ha intensificado en los últimos días su campaña contra los rebeldes hutíes en Yemen, después de haber debilitado significativamente a otros grupos aliados de Irán en la región, como Hamás, en la franja de Gaza, y Hezbolá, en el Líbano. En paralelo, la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria, otro importante baluarte iraní, y el reciente anuncio hecho por las milicias iraquíes proiraníes de no atacar al Estado judío, reflejan que los «tentáculos» de Teherán se encuentran tocados militarmente.

Sin embargo, los hutíes, una milicia tribal de una rama chií del islam surgida en el calor del desierto de Yemen y de la que nadie había escuchado hablar hace apenas tres lustros, se han convertido en la serpiente en la arena para Israel y en el último paladín del mundo musulmán capaz de disparar con éxito misiles balísticos, representando una amenaza persistente.

Pese a los esfuerzos, el principal desafío que enfrenta ahora Israel es cómo contrarrestar a los hutíes, también conocidos como Ansar Allah (Partidarios de Alá): un enemigo que ha demostrado ser resiliente, capaz de soportar bombardeos aéreos y al que otros actores estatales han tratado de acallar sin aparentemente haber influido un ápice en su capacidad de acción.

Por ello, analistas y expertos sugieren que Israel deberá sacar adelante una estrategia coordinada con otras potencias, incluso la intervención de una coalición que incluya a Estados Unidos y países árabes, para enfrentar de manera eficaz a este adversario situado a más de 2.200 kilómetros de distancia.

Los hutíes comenzaron a lanzar misiles y drones contra Israel después del ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. Además, el grupo yemení comenzó a bloquear el tráfico marítimo que pasaba por el mar Rojo y el mar Arábigo, asaltando más de cien embarcaciones.

Nueva fase para Israel

Tras los últimos bombardeos por parte de los hutíes (con consecuencias), Israel ha iniciado una nueva fase en su combate contra esa milicia proiraní, que incluye ataques aéreos dirigidos a sus líderes e infraestructuras estratégicas.

Se trata de la respuesta a media docena de recientes disparos con misiles balísticos desde el 16 de diciembre, que mantienen en jaque a Israel y obliga en horas de la noche a medio país a correr a los refugios. Se calcula que en el último año los hutíes han disparado más de 200 misiles y 170 drones contra Israel, campaña que aseguraron haber iniciado en solidaridad con Gaza.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió esta semana de que su país actuará contra los hutíes con la misma fuerza con la que hizo frente a otros «brazos terroristas» de Irán.

El experto en geopolítica e inteligencia marítima y excomandante retirado de la Armada israelí Eyal Pinko recordó en un webinario celebrado esta semana que «cada cohete o misil que lanzan los hutíes son de fabricación iraní». Un ejemplo es el Falestín (Palestina) 3, que causó 16 heridos al sur de Tel Aviv la semana pasada. Son –aclaró– proyectiles muy sofisticados, incluso para despistar fuera de la atmósfera al sistema de interceptación israelí Arrow (Flecha).

Hutíes envalentonados

Presidente del International Institute for Security Research (Instituto Internacional para la Investigación de Seguridad), Pinko destacó que los hutíes no son considerados una mera sucursal de Irán en la región, ya que han demostrado tener cierta independencia en sus actuaciones y su propia ideología llama al exterminio de judíos como premisa religiosa.

«Los hutíes se sienten muy empoderados por el hecho de que durante más de un año han logrado golpear a la economía egipcia, que sufre una pérdida del 40 %, y de manera significativa a la cadena de suministros a Europa, sin que nadie hiciera nada al respecto», argumentó el experto.

Ni los ataques de la aviación estadounidense junto con la del Reino Unido, ni los bombardeos de Israel han conseguido hasta ahora asestar un duro golpe de consecuencias disuasorias para la milicia yemení.

Compuesta por una fuerza que se calcula integran entre 200.000 y 300.000 hombres, los hutíes han combatido contra saudíes y egipcios desde 2015 y, con ello, cosechado una importante experiencia de combate y supervivencia contra adversarios mucho más poderosos y numerosos, como las Fuerzas Armadas de Arabia Saudí y de Egipto.

Los ataques de los rebeldes hutíes contra la navegación en el mar Rojo se han convertido en un gran problema para la maltrecha economía de Egipto.

Los hutíes han combatido contra saudíes y egipcios desde 2015 y, con ello, cosechado una importante experiencia de combate y supervivencia

La animosidad de Arabia Saudí con los hutíes data de 2011, cuando lideraron una revolución que derrocó al presidente pro-saudí de Yemen, Alí Abdulá Saleh, gracias al apoyo de Irán. Entonces, los rivales regionales de Teherán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, lanzaron una campaña militar contra los hutíes en 2015 y Teherán comenzó a enviar drones y misiles avanzados al grupo.

Pinko propone una «solución híbrida» y «práctica» para contrarrestar la amenaza hutí que contemple la ruptura de las líneas de abastecimiento marítimo y aéreo de armas y entrenamiento por parte de Irán, así como las siete bases navales construidas por Hezbolá.

De manera conjunta a la acción militar, cree que Israel debería combatir en terreno económico y exigir que la milicia hutí sea reconocida como organización terrorista a fin de poder congelar su financiación en cuentas bancarias en todo el mundo. En esta estrategia debería intervenir en conjunción con EE. UU.

¿Una coalición de intereses comunes?

El experto cree que, dados los antecedentes, la creación de una coalición internacional integrada por Estados Unidos, Arabia Saudí, Egipto e Israel podría mitigar la desestabilización que suponen los hutíes. Algo, no obstante, que ve improbable.

«Arabia Saudí y Egipto se ponen de lado porque quieren evitar una guerra directa contra Irán, pero esa sería la mejor manera de hacerlo», concluye.

No obstante, Oriente Medio ha demostrado ser una región de alta volatilidad y alianzas fluidas movidas, en ocasiones, por un pragmatismo coyuntural. Por ello, no es de descartar que a grandes y persistentes problemas comunes se establezcan grandes coaliciones.

«Estamos formulando una respuesta junto a nuestros aliados liderados por Estados Unidos, y cuando llegue el momento, nos aseguraremos de que las fuerzas hutíes paguen», manifestó un funcionario israelí al medio digital The Times of Israel.

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