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Justin Trudeau, primer ministro de Canadá

Justin Trudeau, primer ministro de CanadáAFP

Trudeau sume a Canadá en una grave crisis política a las puertas de que Trump asuma la presidencia

El descontento con el coste de vida, el problema de la vivienda, la crisis migratoria y la débil imagen en política exterior dejan a Trudeau al borde del cese

A la par que se cuentan los días para la investidura de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, el resto del mundo intensifica sus esfuerzos para llegar con la mejor posición negociadora posible a la primera reunión con el nuevo mandatario estadounidense. Es demostrar fuerza y poder para establecer las mejores condiciones posibles para tu país. Canadá, sin embargo, el país que cuenta con la mayor frontera respecto al gigante americano, llegará muy debilitado a dicho momento.

Si la investidura de Trump es el 20 de enero, apenas una semana después, el día 27, el gobierno de Justin Trudeau en Canadá podría caer. No será antes porque el Parlamento canadiense se encuentra de vacaciones, y podría ser después si Trudeau solicita a Mary Simon, la jefa de Estado, posponer la reapertura.

Lo que parece claro, más allá del cuándo, es que Trudeau caerá. Así parece encaminado desde que el Nuevo Partido Democrático (NPD), la última fuerza política que apoyaba al primer ministro canadiense, anunciase su decisión de votar para derribar al gobierno en una moción de censura y convocar elecciones anticipadas, previas al 20 de octubre de 2025, la fecha programada para la convocatoria general, tal como anunció Jagmeet Singh, líder del partido.

De esta manera, el NPD se unirá a los grupos de la oposición, el Partido Conservador (PC) y el soberanista Bloque Quebequés (BQ) en su intención de derribar a Trudeau.

El gobierno ya se encontraba en una posición de clara debilidad desde que Chrystia Freeland, viceprimera ministra y ministra de Finanzas, anunciase su dimisión a mediados de diciembre por desavenencias con Trudeau en lo referente a acuerdos en materia fiscal.

Pierre Poilievre, líder de los conservadores

Pierre Poilievre, líder de los conservadoresAFP

El detonante de esta revuelta interna que, parece, acabará con Trudeau, ha sido la pérdida de dos elecciones parciales en circunscripciones tradicionalmente liberales, lo que ha agudizado el temor a una derrota en las elecciones generales previstas para 2025. Las encuestas revelan que el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, tiene una ventaja significativa sobre los liberales, impulsada por el creciente descontento con el elevado coste de la vida, la crisis de vivienda y el deterioro de los servicios públicos.

Uno de los factores más criticados ha sido la política migratoria del Gobierno de Trudeau, que ha permitido la llegada de centenares de miles de inmigrantes al país cada año. Muchos ciudadanos consideran que este incremento de inmigrantes ha exacerbado los problemas económicos, especialmente en el mercado inmobiliario y los servicios públicos.

Los planes de Trump con Canadá

La cadena estadounidense Fox News sorprendió cuando emitió que Donald Trump le había propuesto a Trudeau que Canadá se integre en Estados Unidos, convirtiéndose en el estado número 51, con tal de evitar el daño de los aranceles que quiere imponer el republicano cuando llegue a la Casa Blanca.

Trump añadió que los aranceles se mantendrán hasta que Canadá y México detengan el flujo de drogas e inmigrantes ilegales que, según Trump, entran a EE. UU. procedentes de estos dos países.

Semanas después, Dominic LeBlanc, que sustituyó a Freeland tras su dimisión, propuso que Estados Unidos y Canadá formasen una fuerza conjunta, la cual incluiría varias unidades especializadas en el tratamiento e identificación de drogas sintéticas para garantizar la detección de fentanilo, una droga que se ha convertido en uno de los grandes problemas de la sociedad estadounidense. Además de esta propuesta, LeBlanc también propuso a Estados Unidos la creación de un operativo policial conjunto para vigilar la frontera.

Las crisis diplomáticas de Canadá

La política exterior canadiense viene tambaleándose varios meses, proyectando al mundo una sensación de debilidad. El episodio más significativo ha sido el caso que ha involucrado al país norteamericano con la India, dos países con una alta tradición de intercambios comerciales, con una significativa diáspora india en Canadá, que han visto como sus relaciones se han tensado al máximo.

El Gobierno indio decidió retirar a su embajador en Canadá, Sanjay Kumar Verma, y a otros diplomáticos en Ottawa, como respuesta a las investigaciones canadienses que vinculan a funcionarios indios con el asesinato de Hardeep Singh Nijjar, un activista sij de nacionalidad canadiense, acusado de terrorismo por India.

El Primer Ministro Canadiense, Justin Trudeau

El Primer Ministro Canadiense, Justin TrudeauAFP

Hardeep Singh Nijjar era un líder de la comunidad sij en Canadá que abogaba por la creación de un estado independiente para esta minoría religiosa en el Punjab indio, conocido como Khalistán. Este movimiento, que en las décadas de los 70 y 80 alimentó una insurgencia violenta en la India, sigue siendo un tema candente y delicado en Nueva Delhi. Para el Gobierno indio, Nijjar no era un activista pacífico, sino un terrorista, lo que intensificó su interés en vigilar las actividades de su red en el extranjero, incluida Canadá.

Esta crisis con la India, o la sensación de debilidad mostrada ante Trump, son solo algunos de los problemas que demuestra Canadá, que por dentro está viviendo una situación política cada vez más fragmentada. Trudeau tiene los días contados, pero su sucesor deberá resolver multitud de problemas en un contexto de nulo margen de error.

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