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jefe del Ejército Joseph Aoun

Jefe del Ejército libanés y nuevo presidente, Joseph AounAFP

El Líbano nombra como nuevo presidente al jefe del Ejército Joseph Aoun tras dos años de vacío político

El militar, sin experiencia política previa, afronta la titánica tarea de tratar de rescatar al país del cedro del atolladero económico y social en el que lleva demasiado tiempo sumido

El Parlamento libanés ha nombrado, este jueves, como presidente de la República al comandante en jefe del Ejército libanés, Joseph Aoun, tras dos años de vacío de poder, que ha provocado un grave bloqueo político y ha acabado por paralizar al Líbano. El nombramiento se ha producido en una segunda votación, tras fracasar la primera convocatoria, que se quedó a las puertas con 71 votos a favor de los 85 necesarios. La sesión se volvió a reanudar horas más tarde para, finalmente, anunciar que Aoun, y con el respaldo de 99 diputados, guiará al país mediterráneo durante los próximos seis años.

El Líbano afronta un momento económico y social convulso, agravado por la guerra entre la milicia chií libanesa Hezbolá e Israel durante más de un año. Según la propia Constitución libanesa, el presidente del país debe ser un cristiano católico maronita, mientras que la Presidencia del Parlamento corresponde a un musulmán chií, en este caso Nabih Berri, y el primer ministro es un musulmán suní, Najib Mikati. El país entero tenía marcada esta fecha en rojo en el calendario con la esperanza de poder salir por fin del atolladero político en el que el país lleva sumido este último tiempo.

El camino de Aoun, un militar sin experiencia política previa y que este viernes cumplirá 60 años, hacia la Presidencia del Líbano se despejó ayer tras la retirada del candidato respaldado por Hezbolá, que cuenta con presencia en el Parlamento. Suliman Franjieh, líder del partido cristiano maronita Movimiento Marada, decidió dar un paso atrás y, en una publicación en su cuenta de X, antes Twitter, mostró su apoyo al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, al que le deseó «éxito». «Quiero que la nación pase esta etapa con unidad, conciencia y responsabilidad», añadió Franjieh, nieto del expresidente libanés de mismo nombre.

Las primeras palabras de Aoun, tras ser nombrado presidente del Líbano, fueron de agradecimiento por «la confianza» depositada en su persona, pero también se mostró tajante al asegurar que «será inflexible cuando se trate del dinero de los depositantes» y advirtió de que «los bancos estarán sujetos a la ley», con el objetivo de poner fin a la economía sumergida. Asimismo, adelantó que «hay muchas reformas por hacer». «Trabajaré con todos para proteger los derechos de los libaneses. Demostraremos a todos que en el Líbano no hay lugar para el fracaso. Ninguna comunidad será privilegiada sobre otra y ningún libanés será privilegiado sobre otro», hizo saber Aoun, en una nítida declaración de intenciones.

En este sentido, reconoció que el Líbano sufre una «crisis de gobierno». El comandante en jefe del Ejército, además, se mostró decidido a conseguir que el Estado tenga «el monopolio de las armas» e invierta en las Fuerzas Armadas para proteger las fronteras «en el sur, en el este y las divisorias marítimas», en una clara alusión a Hezbolá. El Líbano llevaba sin presidente desde octubre de 2022 cuando expiró el mandato de Michel Aoun –con el que el militar no guarda ningún parentesco a pesar del apellido.

Durante estos más de dos años, los diferentes partidos políticos que componen el Parlamento han sido incapaces de llegar a un consenso para elegir a una figura que represente a todos. De hecho, hasta el último momento la candidatura de Aoun ha estado en al aire, ya que Hezbolá –el Partido de Dios– y su aliado Amal se oponían a la designación de un militar porque, en la práctica, la Carta Magna no permite que un soldado sea nombrado presidente, sino han pasado más de dos años desde su renuncia del Ejército. Sin embargo, la milicia-partido chií no se encuentra en su mejor momento, tras el conflicto con Israel, que ha mermado su capacidad de influir en la política libanesa.

Hezbolá ha sufrido graves reveses estos últimos meses, como la muerte de su carismático líder Hasan Nasralá, el pasado 27 de septiembre, en un ataque israelí contra el suburbio de Dahiye, en Beirut, así como la de su sucesor, Hachem Safieddine. Finalmente, el pasado 27 de noviembre, y tras una incursión de dos meses del Ejército israelí en el sur del país y una campaña de bombardeos por todo el Líbano, ambas partes llegaron a un acuerdo de alto el fuego de 60 días que llega a su fin dentro de dos semanas. Irónicamente, Israel fue de los primeros países en felicitar al nuevo presidente libanés, del que espera que «contribuya a fortalecer la estabilidad, un futuro mejor para el Líbano, sus residentes y una buena vecindad».

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