El régimen chavista blinda Venezuela y despliega toda su maquinaria de represión para aplacar la marcha de la oposición
Venezuela está blindada hasta tal punto que parece que está a punto de entrar en guerra. El régimen de Nicolás Maduro, acorralado por el miedo a que finalmente triunfe la democracia, ha desplegado al Ejército y ha intensificado la maquinaria de represión contra opositores y detractores. Este mismo martes, el mandatario venezolano anunció que había dado orden de activar el Órgano de Defensa Integral de Venezuela, conocido también como las ODI, que supone, en la práctica, la instauración de un estado de emergencia. Un anuncio que tuvo lugar horas después de que la líder opositora, María Corina Machado (MCM), convocara a través de una rueda de prensa virtual a «todos» los venezolanos fuera y dentro del país a manifestarse este jueves a favor de la investidura de Edmundo González Urrutia el 10 de enero.
El propio Maduro reconoció que se trata de la «primera vez» que hace uso de estos grupos de defensa, lo que da cuenta de la importancia de las próximas 24–48 horas para el país sudamericano. Un testigo directo, con el que ha podido contactar El Debate y que accede a hablar bajo la condición de anonimato, cuenta que este miércoles las calles de Caracas amanecieron desoladas, fuertemente custodiadas y con el tránsito restringido por numerosos puestos de control, especialmente en los lugares políticamente relevantes como Miraflores, Fuerte Tiuna, las salidas de la ciudad hacia Guarenas, La Guaira y el centro del país, así como las sedes de los poderes públicos. Tampoco se han quedado fuera del control chavista los cuarteles, guarniciones militares y zonas populares que han mostrado su descontento con el régimen.
Aun así, el chavismo pretende todavía guardar las formas y apenas hay presencia de militares uniformados, cuenta este testigo. «Ni siquiera las milicias, solo funcionarios civiles, eso sí, fuertemente armados», explica. La custodia de las grandes ciudades del país se ha entregado a una fuerza paramilitar conocida como los «colectivos y motorizados bolivarianos». Ante este complejo y delicado escenario, los venezolanos se preparan para afrontar uno de los mayores desafíos de los últimos tiempos. La manifestación, convocada por la oposición, marchará desde Petare (al este) y Catia (al oeste) con la posible concentración en, o cerca, del Palacio de Gobierno en Miraflores. MCM, tras meses condenada a la clandestinidad y aún a riesgo de ser detenida, tiene previsto dejarse ver este jueves por las calles de Caracas en un día que calificó de «histórico».
«Por nada del mundo yo me pierdo ese día. Esto es un día histórico, esto es un día en el cual todos los venezolanos queremos ser parte», confesó este martes a los periodistas por videollamada. Para la convocatoria, la líder opositora pidió que «todos (incluidos) los niños, los jóvenes y, muy importante, las abuelas», se echen a las calles para reclamar libertad. Frente a la titánica tarea que la oposición venezolana tiene por delante –el régimen ha contraprogramado otra marcha–, la maquinaria de represión chavista ha vuelto a la carga y, este martes, un grupo de encapuchados secuestró al yerno de González Urrutia, Rafael Tudares Bracho, como denunció el propio exdiplomático a través de una publicación en su cuenta de X, antes Twitter.
«Esta mañana fue secuestrado mi yerno Rafael Tudares. Rafael se dirigía a la escuela de mis nietos de siete y seis años, en Caracas, a dejarlos por el inicio a clases, y lo interceptaron hombres encapuchados, vestidos de negro, lo montaron en una camioneta color dorado, placa AA54E2C y se lo llevaron», escribió González Urrutia. Su secuestro ha provocado una profunda conmoción entre los venezolanos. Hasta el momento, Tudares Bracho se encuentra en paradero desconocido. Pero, desgraciadamente, muchos otros opositores han sufrido este mismo destino en las últimas horas. El partido de la oposición Vente Venezuela (VV) informó, en la madrugada de este miércoles, de la detención de siete activistas políticos, cifra que ha ido en aumento y ya supera la decena , entre ellos el excandidato presidencial Enrique Márquez, quien abogó por una salida negociada de Maduro del poder.
Mientras tanto, el autócrata venezolano se vanagloria de haber arrestado a siete, supuestos, «mercenarios» extranjeros, que se suman a los 125 apresados durante las últimas horas por las fuerzas chavistas. El miedo se palpa en cada esquina del país. Ni siquiera la propia María Corina Machado ha podido esquivar la represión chavista y alertó de que, durante la noche de este martes, agentes del régimen rodearon la casa de su madre, acechando las inmediaciones con drones. También sufrió apagones.
«Mi mamá tiene 84 años, está enferma, con afecciones crónicas de salud. Maduro y compañía, ustedes no tienen límite en su maldad. Cobardes», escribió en su cuenta de X. Con todo, la oposición venezolana no cede y, este 9 de enero, busca mostrar todo su músculo a pesar de la militarización que sufre el país. González Urrutia, que ha protagonizado durante los últimos días una frenética gira por el continente americano, está decidido a entrar en el país sudamericano, donde piden 100.000 dólares por cualquier información que facilite su arresto, y juramentar su cargo. Venezuela está empapelada con cárteles con su cara y la frase de «Se busca». Maduro insiste también en que no cederá el poder, a pesar de que la oposición ha conseguido demostrar la victoria de González Urrutia en las elecciones del pasado 28 de julio.
No está previsto que la ceremonia de investidura se retransmita en directo y se realizará en completo secretismo, incluso se rumorea que puede haber una versión pregrabada de la juramentación del autócrata. Entre las grandes dudas que se le plantea a la oposición es cómo llegará el presidente electo a Venezuela, cuando todos los puertos y aeropuertos del país están tomados por las fuerzas chavistas. Su última parada de la gira ha sido Panamá, donde se reunió con expresidentes de países de Iberoamérica que forman parte del grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), muchos de los cuales, como Andrés Pastrana –expresidente colombiano–, se han ofrecido a acompañar a González Urrutia a Venezuela para ser investido presidente. El exdiplomático, en su encuentro con el presidente panameño, José Raúl Mulino, insistió en que no cejará en su «lucha hasta lograr hacer respetar la voluntad del pueblo venezolano».