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Jana Beris
Jana Beris

Símbolos, certificados y puesta en escena de Hamás en la liberación de las rehenes

La liberación de cuatro soldadas israelíes expone el doble enfrentamiento: las celebraciones en Tel Aviv contrastan con la estrategia propagandística de Hamas en Gaza, mientras la lucha por el control y la narrativa sigue activa

Actualizada 04:30

Naama Levy, Liri Albag, Daniella Gilboa y Karina Ariev, las cuatro soldadas israelíes liberadas por Hamás

Naama Levy, Liri Albag, Daniella Gilboa y Karina Ariev, las cuatro soldadas israelíes liberadas por HamásAFP

Al implementarse este sábado la segunda fase del alto el fuego entre Israel y la organización terrorista Hamas, con la liberación de otras cuatro secuestradas, volvió a quedar en evidencia que junto a la guerra en el terreno-por ahora suspendida- hay también una fuerte guerra psicológica. Y quien más se esfuerza por librarla es indudablemente Hamas.

Su objetivo principal, especialmente notorio, según analizan diversos expertos israelíes, es presentarse como el poder fuerte en Gaza y dar a entender que «aquí no ha pasado nada», que tras más de 15 meses de guerra, Israel no logró derrotarlos.

«Pues hay que aclarar el punto con firmeza», declaró el General (retirado) Tamir Hayman, ex jefe del Servicio de Inteligencia de Israel que encabeza hoy el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional. «Es cierto que Hamas no ha desaparecido y que todavía está en Gaza. Pero los golpes que recibieron de Israel han sido enormes y Hamas lejísimo está hoy de ser lo que era el 7 de octubre. Y tienen clarísimo que la guerra de Israel contra ellos no ha terminado y por eso no había ni uno con la cara descubierta por más teatro que hayan puesto en escena».

En todas las transmisiones especiales de los medios de comunicación israelíes, especialmente los canales de televisión, destacaron repetidamente lo que llamaron de «espectáculo» armado por Hamas: un gran escenario con un enorme cartel con imágenes del brazo armado de Hamas Izz al-Din al-Qassam y frases contra el sionismo, la subida de un representante de la Cruz Roja Internacional al estrado y la firma, con sello incluido, de un documento de liberación. «El sello simboliza autoridad, quieren dar a entender que hay una burocracia fuerte de fondo, que ellos controlan todo en forma ordenada», comentó Ohad Hemo, cronista especializado en la temática palestina del canal N12. Hubo periodistas que también ridiculizaron el tema de los certificados y la firma ya que fueron un invento de Hamas con el propósito antes mencionado, no porque sea un elemento imprescindible del proceso pactado.

En Israel está claro a todo nivel que Hamas no ha sido destruido y que inclusive ha reclutado a cerca de 15.000 nuevos terroristas

En Israel está claro a todo nivel que Hamas no ha sido destruido y que inclusive ha reclutado a cerca de 15.000 nuevos terroristasAFP

Pero el elemento central del día fue lo que Hamas planeaba con las 4 liberadas, jóvenes soldadas secuestradas el 7 de octubre del 2023 del puesto de observación Najal Oz, ubicado muy cerca de la frontera entre Israel y Gaza. Allí cayeron 54 soldados, entre ellos 17 «tatzpitaniot», o sea soldadas encargadas de observar la frontera mediante tecnologías especiales de alerta, el mismo cargo que tenían Daniella Gilboa, Karina Ariev, Liri Elbag y Naama Levy que fueron liberadas este sábado. Al abrirse los vehículos de la Cruz Roja y comenzar a salir las israelíes, aparecieron vestidas con uniforme militar. «Quieren humillarlas, hay que estar prontos para ver qué planean», comentaron en los medios israelíes.

Más allá del hecho que en efecto las cuatro eran soldadas-en su servicio militar obligatorio-, aunque no fueron secuestradas en combate sino cuando estaban en pijama refugiándose en una estructura protectora, la pregunta era cómo presentaría Hamas el tema. No hubo declaraciones explícitas de Hamas al respecto, pero el ambiente general era bastante claro y cabe suponer que la intención era mostrar el poderío de Hamas ante representantes vencidas del ejército israelí.

«Nuestras heroínas les cambiaron los planes a los terroristas», comentó el analista de asuntos militares del canal público KAN , Roí Sharon. «Seguramente lo que ellos planeaban no era que las cuatro aparezcan tan seguras e irradiando que ganaron». Su colega Nir Dvori del canal N12 comentó que apenas salieron de los automóviles de la Cruz Roja aparecieron sonrientes. «Aun en un entorno con cientos de terroristas armados, encapuchados y miles de palestinos rodeando el lugar, subieron erguidas al escenario, levantaron los brazos y su mensaje fue que ganaron, que ellas salieron victoriosas». Hubo quien se percató también de un gesto de Daniella Gilboa, la V de la victoria en una mano, frente a la multitud.

En Israel está claro a todo nivel que Hamas no ha sido destruido y que inclusive ha reclutado a cerca de 15.000 nuevos terroristas, un número no muy lejos de los por lo menos 20.000 que Israel eliminó. Pero los expertos sostienen que la enorme mayoría son jovencitos de 15-16 años que reciben un arma y 200 dólares por mes-con el dinero que Hamas gana de la reventa de la ayuda humanitaria que roba- y con eso tratan de presentarse como el régimen fuerte que controla Gaza. Por otra parte, es un hecho que no hay aún una alternativa a Hamas como gobierno en Gaza en gran medida porque Israel no ha traducido sus logros militares en victorias estratégicas que cambien la situación de fondo también a nivel civil.

Israel ridiculiza las puestas en escena de Hamas y al mismo tiempo es consciente de sus propias limitaciones. Su énfasis es puesto en la emoción del regreso de sus ciudadanos del cautiverio en Gaza, en la apuesta por la vida y en la diferencia entre sus valores y los de los terroristas. Y en la dicotomía entre la plaza Falestin (Palestina) en Gaza a la que fueron llevadas las israelíes para ser entregadas a la Cruz Roja, plaza repleta de terroristas y armas, y otra plaza muy distinta en Tel Aviv, la Plaza de los Secuestrados, en la que miles de israelíes se dieron cita para seguir juntos el desarrollo de la jornada y miraron por pantalla gigante las escenas de la liberación, gritando de alegría cuando Naama, Liri, Daniella y Karina se hallaban ya en manos de las Fuerzas de Defensa de Israel, cuando los vehículos militares cruzaban la frontera y entraban en territorio israelí y muy especialmente cuando, al fin, se abrazaban con sus padres que las esperaban en una base militar.

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