Votar o no votar, el dilema venezolano ante una nueva cita electoral el 25 de mayo
Las elecciones del pasado 28 de julio no son un asunto del pasado o superado para la mayoría de los venezolanos, pero algunos ven en la nueva convocatoria electoral lanzada por el chavismo como una oportunidad

Este de Caracas, Venezuela
El próximo 25 de mayo se celebran en Venezuela las elecciones legislativas y regionales, las primeras de una serie de convocatorias para 2025, incluida una reforma constitucional. La dirigencia política opositora al gobierno fijó posiciones ha fijado ya posiciones. Una vez más, los venezolanos reviven el dilema electoral: votar o no votar.
La disyuntiva se origina tras los cuestionados comicios presidenciales del 28 de julio de 2024. El Consejo Nacional Electoral, con la anuencia del Tribunal Supremo de Justicia, proclamó ganador a Nicolás Maduro, sin la publicación, hasta el momento, de las actas disgregadas por estado. La nueva investidura fue el 10 de enero.
El dirigente del Partido Movimiento por Venezuela (MPV), Andrés Caleca, defiende firmemente la participación; considera que el llamado a las urnas es una oportunidad para generar una «resistencia democrática» que impida la desmovilización y despolitización de la sociedad, que es lo que persigue «el totalitarismo».

Andrés Caleca, dirigente político y ex candidato presidencial en las elecciones primarias de la oposición
El dirigente identifica el 28 de julio como el día en el que se le dio «el golpe final a la república, a la soberanía popular, a lo que quedaba de democracia en Venezuela». «Hubo un cambio cualitativo en las condiciones políticas del sistema y del entorno (...) Empezó un proceso en el cual el sector estalinista de la coalición dominante acaricia, lo que ha sido siempre su vocación, la mutación del sistema político venezolano hacia el totalitarismo».
Sin embargo, insiste en que las elecciones que se avecinan permitirán un reencuentro con la gente, que está «profundamente» desmotivada, así como la lucha colectiva para resistir ante la estabilización del régimen madurista.
Para Renni Rivas, militante del Partido Fuerza Vecinal, la victoria no reconocida de Edmundo González Urrutia, debe ser reivindicada con el voto en la cita electoral en puertas. «Iremos a votar no para que el gobierno reconozca el resultado, sino para enviarle un mensaje: ya no son 8 millones de venezolanos descontentos, son 10, 12, 15».
Una reciente encuesta de la firma Meganálisis, publicada en febrero, revela que un 82,55 % no votará en las elecciones convocadas para la renovación de la Asamblea Nacional, gobernadores y consejos legislativos estadales.

Encuesta Meganálisis Venezuela febrero 2025

Encuesta Meganálisis Venezuela febrero 2025
Mayrin Cedeño, joven activista por la diáspora venezolana, asegura que no vale la pena votar el 25 de mayo. Con un halo de tristeza, se pregunta si este proceso le dará la libertad a Venezuela, e inmediatamente se responde, no. Recuerda que hay más de 1.800 presos políticos, detenidos después de las elecciones presidenciales del año pasado, cuando se desató una férrea represión que no discriminó entre adolescentes y personas con discapacidad. «Se generó un mensaje de terror».
Gustavo Montilla, personal de seguridad en una casa de familia, confiesa que está decepcionado de lo ocurrido el 28 de julio: «no se sabe quién ganó». Cree que su voto no vale nada, aunque admite que la abstención favorece al gobierno. «La gente pobre le dimos el voto castigo a Maduro y todo quedó igual». Esa misma desmotivación manifiesta Carlex Piñango, asistente administrativo, quien se pregunta: ¿por quién voy a votar?: «la verdad, no me interesan las elecciones».
Jorge Galvis, asesor de seguros, no va a votar porque no tiene confianza en el Consejo Nacional Electoral, «está pagado por el gobierno y altera los resultados», como lo hizo en los más recientes comicios. «La ruta electoral ahora no es viable para un cambio en el país».

Jorge Galvis, asesor de seguros venezolano
El 85,82 % de los encuestados por la firma Meganálisis no confía en «la honestidad e imparcialidad» del máximo ente comicial venezolano.
La división de la dirigencia política
Luego de manifestar su visión y la de su partido Movimiento por Venezuela, Andrés Caleca precisa otro problema, la división de la oposición, «una división que no solo fue promovida por el gobierno sino por el mismo liderazgo que adversa al régimen de Maduro». Explica que esa desunión se gesta incluso antes de los anuncios oficiales de elecciones para 2025, y de que la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) –coalición de partidos políticos opositores– siquiera definiera cuál sería el reajuste estratégico a asumir después del 28 de julio.
Cuestiona el comunicado emitido por la PUD el pasado 20 de febrero y lo califica de «extemporáneo». En el pronunciamiento la coalición supedita la participación electoral a una negociación inmediata, «formal y transparente» para el reconocimiento de la «verdad del 28 de julio»; liberación de los presos políticos; libre disposición y uso de la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD); y condiciones electorales, incluido un árbitro electoral confiable y observación internacional calificada.
La PUD está integrada por los partidos Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática (AD), Voluntad Popular (VP), Primero Justicia (PJ), Encuentro Ciudadano, Copei, La Causa R, Convergencia y Movimiento por Venezuela (MPV). Dos de ellos, UNT y MPV, apuestan por la participación electoral.
La división también se ha suscitado a lo interno de las organizaciones. Por ejemplo, Primero Justicia informó, a través de un comunicado, que con la aprobación del 85 % de participantes, el Comité Político Nacional decidió no acudir «al fraude convocado por Maduro para el 25 de mayo de 2025». Pero, uno de sus líderes, Henrique Capriles Radonski, dos veces candidato presidencial, y el exdiputado Tomás Guanipa, se muestran a favor del voto.
¿Cómo recomponemos la unidad? Esa es la interrogante que plantea Caleca al reiterar que se trata de un grave problema, sea cual sea el caso, participar o no electoralmente.