
La empresa Huawei y la Eurocámara están involucrados en un escándalo de corrupción
Las incógnitas detrás del caso de corrupción de Huawei que sacude a la Eurocámara
El operativo ha revelado un entramado de posibles pagos irregulares, blanqueo de capitales y favores estratégicos destinados a beneficiar la agenda de Huawei en Europa
El Parlamento Europeo vuelve a estar en el ojo del huracán, con un nuevo escándalo de corrupción que amenaza con debilitar aún más su credibilidad. Dos años y medio después del Qatargate, el fantasma de los sobornos reaparece en Bruselas, esta vez con la compañía tecnológica Huawei en el epicentro de una trama que involucra a lobistas, asistentes parlamentarios y eurodiputados.
El operativo, llevado a cabo por la policía judicial belga, ha revelado un entramado de posibles pagos irregulares, blanqueo de capitales y favores estratégicos destinados a beneficiar la agenda de Huawei en Europa. Más de 100 agentes participaron en los registros simultáneos de 21 domicilios y oficinas en Bruselas, Portugal y otros puntos de Bélgica, incluyendo la sede de la multinacional china en la capital europea. La operación ha resultado en la detención de varias personas, incluido un alto cargo de la compañía en Bruselas, y la orden de arresto europea contra un sospechoso en Francia.
Pero las incógnitas que rodean el caso son muchas. ¿Cuántos políticos están realmente implicados? ¿Hasta dónde llegó la influencia de Huawei en la Eurocámara? ¿Qué decisiones legislativas pudieron verse afectadas por esta red de sobornos?
Según la Fiscalía belga, las investigaciones apuntan a que la empresa china habría establecido un sistema de presión encubierta sobre una quincena de eurodiputados con el objetivo de favorecer sus intereses comerciales en el continente. A diferencia del Qatargate, donde se encontraron maletas llenas de billetes en domicilios de eurodiputados, esta vez el esquema se basaría en transferencias bancarias disfrazadas de honorarios, regalos de alto valor y privilegios exclusivos, como dispositivos electrónicos, viajes de lujo y entradas VIP a eventos deportivos.El Parlamento Europeo, por su parte, ha reaccionado rápidamente al escándalo. La presidenta de la institución, Roberta Metsola, ha ordenado el precinto de las oficinas de dos asistentes parlamentarios en Bruselas, en respuesta a la petición del juez de instrucción. La Eurocámara ha prometido plena cooperación con las autoridades belgas y ha dejado claro que tomará medidas si se confirman las sospechas.

Imagen del Parlamento Europeo
Por ahora, Huawei no ha dado explicaciones detalladas sobre el caso y se ha limitado a señalar que la empresa «cumple con todas las normativas» en los países en los que opera. Sin embargo, la investigación apunta a que el gigante tecnológico buscaba contrarrestar la presión de Estados Unidos, que lleva años promoviendo sanciones contra empresas chinas del sector de las telecomunicaciones, alegando riesgos de seguridad nacional.
El escándalo llega en un momento delicado para la Unión Europea, que está definiendo su estrategia digital y de ciberseguridad de cara a los próximos años. De confirmarse las sospechas, la pregunta que muchos se hacen es hasta qué punto las decisiones de Bruselas han podido estar influenciadas por estos presuntos sobornos.
Pero hay más interrogantes: ¿Cuánto tiempo ha estado operando esta red? ¿Ha habido casos similares en otros organismos europeos? ¿Podría extenderse la investigación a otros sectores? La Fiscalía belga cree que los delitos podrían haberse producido entre 2021 y la actualidad, utilizando intermediarios y supuestas actividades de lobby para ocultar la verdadera naturaleza de los pagos.
Más allá de las consecuencias legales, el caso supone un golpe a la confianza pública en las instituciones europeas. Si se confirma que varios eurodiputados aceptaron sobornos, la imagen del Parlamento Europeo quedaría gravemente dañada en un año electoral clave para la UE.