Maduro no puede ocultar la verdad de Venezuela: mucho petróleo y mucha pobreza
Un país con inmensas riquezas naturales se ha convertido en una de las naciones más empobrecidas, con altísimos niveles de riesgo y el dudoso honor de liderar la lista de países sin seguridad jurídica en el planeta

Nicolás Maduro hablando durante una reunión con sus ministros en Caracas
La Venezuela paradisiaca que conocieron millones de europeos —especialmente de España, Italia y Portugal—, aquella república sudamericana que los hispanoamericanos veían como el sueño por alcanzar, y ese país riquísimo que acaparaba la atención en foros mundiales donde se estudiaban los mejores escenarios para invertir, es hoy una paradoja. Un país con inmensas riquezas naturales se ha convertido en una de las naciones más empobrecidas, con altísimos niveles de riesgo y el dudoso honor de liderar la lista de países sin seguridad jurídica en el planeta.
Nicolás Maduro no puede ocultar, por más que insista en su relato falsificado, una verdad ineludible: este país inmensamente rico tiene a su pueblo pasando hambre. A continuación, algunos datos verificados por instituciones acreditadas reflejan esta preocupante realidad:
- Un estudio reciente del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) revela que en 2024 la pobreza en Venezuela alcanzó un alarmante 86 %. El análisis, realizado en cuatro municipios de Zulia, Miranda, Cojedes y Aragua, evidencia profundas desigualdades regionales.
- La Canasta Alimentaria Familiar de enero de 2025 se ubicó en 476,82 dólares (28.609,07 bolívares), según Óscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
El estudio, basado en una muestra aleatoria de 1.200 hogares (300 por municipio) con un 94 % de confianza, empleó la metodología de pobreza multidimensional para evaluar carencias en educación, salud, empleo, condiciones de vida y acceso a servicios básicos.
Los resultados muestran que el 86 % de los hogares venezolanos vive en pobreza elevada. En medio de esta crisis, las remesas enviadas por millones de emigrantes venezolanos —principalmente hijos o hijastros, en un 50 % de los casos— alivian las necesidades del 24 % de las familias dentro del país.
Esta tragedia ocurre en una nación con las mayores reservas de petróleo del mundo, las sextas de gas natural, las segundas de oro en América, y abundantes yacimientos de hierro, bauxita, carbón y diamantes. Venezuela también cuenta con un enorme potencial hidroeléctrico y termoeléctrico para generar energía limpia, zonas ideales para una agricultura productiva, paraísos turísticos y la capacidad de convertirse en un referente de la petroquímica y la industria metalmecánica.
Esta tragedia ocurre en una nación con las mayores reservas de petróleo del mundo
Sin embargo, la clave para reconstruir y relanzar la economía venezolana está en la propuesta presentada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado el pasado jueves en la convención energética más importante del mundo, celebrada en Houston (EE.UU.). Allí, nuestro presidente electo y nuestra vicepresidenta designada se comprometieron a transformar Venezuela en el hub energético de las Américas. Los puntos más destacados de su plan son:
- Privatización total: la industria petrolera y gasífera será gestionada completamente por el sector privado, con el Gobierno como regulador transparente.
- Protección a la inversión: se establecerán altos estándares legales para garantizar estabilidad y seguridad a los inversionistas.
- Derechos de propiedad y licitaciones: los campos de petróleo y gas se abrirán a operadores privados con garantías plenas, y las empresas estatales serán subastadas transparentemente para atraer inversión internacional.
- Incentivos fiscales: un régimen competitivo acelerará el desarrollo, reinvirtiendo los ingresos en infraestructura, educación y crecimiento económico.
- Expansión de la producción: Venezuela aumentará masivamente su producción petrolera, aprovechando costes bajos y su ubicación estratégica.
- Hub energético regional: el país sustituirá la corrupción por un liderazgo serio, asegurando seguridad energética y prosperidad en las Américas.
Esta propuesta atractiva deja claro el rumbo que pronto tomará Venezuela.