
Donald Trump y Elon Musk caminan en los jardines de la Casa Blanca
Crónica
Trump, Musk y la incomprendida 'obsesión' conservadora por reducir el Estado para bajar los impuestos
La cruzada de Donald Trump y Elon Musk por la reducción del déficit en las cuentas públicas y la carga fiscal es vista como una brutalidad fuera de EE.UU.
muchas personas y organizaciones a este lado de Atlántico, defensoras de los servicios «gratuitos» del Estado de bienestar europeo se escandalizan por la obsesión de la nueva administración republicana por reducir el déficit presupuestario de EE.UU. y la carga impositiva que recae sobre los estadounidenses.
El presidente Donald Trump encargó al empresario de origen sudafricano Elon Musk una estrategia de eficiencia gubernamental para configurar el Gobierno Federal sobre el principio básico de que menos Estado significa menos impuestos para los ciudadanos.
Estados Unidos alcanzó en 2023 una deuda de 118,73 % del PIB y eso exige medidas drásticas tal como lo advirtió Musk: «sin recortes, Estados Unidos va a la quiebra». Una advertencia lógica que debería tener algún sentido decirla también en España donde en 2024 se alcanzó una deuda de 102,31 % de su producto interno bruto.
Junto con los recortes al excesivo gasto del Gobierno Federal la administración republicana está comprometida con reducir los impuestos a las familias con menos ingresos en Estados Unidos. Trump tiene la «aspiración» de eximir de impuestos a los estadounidenses que ganen menos de 150.000 dólares anuales, señaló el secretario de Comercio, Howard Lutnick.«Sé cuál es su objetivo (de Trump)... ningún impuesto para cualquiera que gane menos de 150.000 dólares al año. Ese es su objetivo. Para eso estoy trabajando», aseguró Lutnick a la cadena CBS sobre este objetivo fiscal de Trump «una vez se equilibre el presupuesto» federal.
Más recortes, menos carga fiscal
A finales de febrero, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría republicana, aprobó por un estrecho margen una resolución que respaldó la agenda del presidente Trump para endurecer la política de inmigración, aumentar los recortes fiscales y reducir drásticamente el gasto público.
En concreto, la medida pretende recortar 1,5 billones de dólares en gasto público y extender 4,5 billones en bajadas de impuestos durante la próxima década.
Como parte de su estrategia para reducir drásticamente el sector público y, por tanto, el gasto federal, Trump, con el apoyo del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dirigido por Musk, enfocó sus primeros esfuerzos en los despidos de empleados en periodo de prueba, medida que recientemente ha sido bloqueada por un juez federal.
Hasta la fecha, y desde que Trump asumió el poder el 20 de enero, han sido despedidos al menos 103.452 empleados públicos de los 2,3 millones de funcionarios que conformaban la plantilla federal, muchos de ellos en periodo de prueba.
Estos primeros esfuerzos de la Administración Trump han ayudado a consolidar la mayoría republicana en el Congreso, sobre todo ante los conservadores más acérrimos del Freedom Caucus. Gracias a ello, los republicanos que controlan el Congreso y la Casa Blanca están gobernando a una rapidez sin precedentes.
Como muestra de sintonía, mientras la Cámara de Representantes aprobaba un proyecto de ley para mantener el gobierno federal en funcionamiento, el Departamento de Educación despidió a unos 1.300 empleados, aproximadamente la mitad de su personal, cuestión que no supondrá mayor trauma teniendo en cuenta que las competencias en materia de educación están en manos de cada uno de los estados que conforman a los Estados Unidos.