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Si Jinping y Donald Trump frente a frente

Xi Jinping y Donald Trump frente a frenteDavid Díaz

El fuego cruzado de amenazas se recrudece entre China y Estados Unidos

Pekín analiza qué hacer con el ultimátum del 50 % a los aranceles que anunció ayer Trump, protesta porque «las amenazas no son la vía», exige «un trato no discriminatorio» para sus empresas y le reprocha que esté empobreciendo al mundo

Si Donald Trump chilla con los aranceles, Xi Jinping ordena alzar la voz e igualar el desafío. Al menos, hasta ahora. La tensión entre las dos potencias mundiales va en aumento tras la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos.

Pekín respondió a los nuevos impuestos a sus importaciones con el mismo porcentaje para los productos y servicios estadounidenses: 34 %, pero Trump dobló ayer la apuesta y le dio un ultimátum: si China no da marcha atrás antes de las doce de esta noche (martes) le volverá a castigar y esta vez será con un gravamen del 50 % para acumular un aumento del 104 % de aranceles aduaneros desde que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero.

El presidente republicano, mientras las bolsas se desplomaban, había anticipado el viernes pasado que habría represalias contra China por hacer lo mismo que él: «Han hecho lo único que no podían hacer», advirtió.

Superado el fin de semana con el presidente Javier Milei en Mar–a–Lago y una victoria al golf, Trump ayer hizo caso omiso a los puentes tendidos por Xi Jinping.

En su red Truth Social, Trump se despacho sin concesión: «Si China no retira su aumento del 34 % (...) Estados Unidos impondrá aranceles ADICIONALES a China del 50 %, a partir del 9 de abril. Además, ¡Se suspenderán todas las conversaciones con China sobre sus reuniones solicitadas! Las negociaciones con otros países, que también han solicitado reuniones, comenzarán inmediatamente. Gracias por su atención a este asunto».

Las amenazas no son la forma correcta de relacionarse con ChinaLin JianPortavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores

El cruce de reproches entre los dos hombres más poderosos del planeta sumó entonces otro episodio después de que Pekín intentará poner paños fríos: «La presión y las amenazas no son la forma correcta de relacionarse con China», había deslizado Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores antes de conocer el ultimátum. Además, añadió, lo que Trump hace es empobrecer al mundo y en especial a los países, «más pobres o en vías de desarrollo.»

El comentario o reproche Lin Jian, vino acompañado de una acusación a Estados Unidos: censuró recurrir a «pretextos» para justificar «prácticas hegemónicas» que, en rigor, a quien perjudican es a los más necesitados, a aquellos que se encuentran en una situación de desventaja más profunda.

En este contexto, sin prisa pero sin pausa, el régimen comunista —y capitalista al mismo tiempo— exigió a Washington que garantice a sus empresas un entorno «abierto, justo, equitativo y sin discriminación para sus empresas», recuerda Efe. La respuesta ayer fue la amenaza de nuevas cargas a sus importaciones del 50 %.

TikTok llama a su puerta

Pekín analiza ahora cómo reaccionar frente a Trump. El reloj está en marcha y Xi Jinping debe tomar una decisión. A la mentalidad oriental no le gustan las presiones ni las urgencias, pero antes de la medianoche deberá adoptar una decisión que puede cambiar su futuro y el del resto del mundo.

El pulso entre Xi y Trump, tras la bomba de los aranceles escenificada el 2 de abril en el rosedal de la Casa Blanca en «El día de la liberación», se produce después de que Trump observara que China frustró un principio de acuerdo para permitir que TikTok, propiedad de ByteDance, siga operando en EE.UU. El republicano, destaca Efe, aseguró que «si hubiera reducido un poco los aranceles, habrían aprobado el acuerdo en 15 minutos», pero cambiaron de postura al igualar los porcentajes. A renglón seguido, añadió: «Eso demuestra el poder de los aranceles».

Washington exige, además de la supresión del 34 %, que ByteDance se desvincule por completo de TikTok en Estados Unidos. Lo hace en cumplimiento de una ley aprobada durante el mandato de Joe Biden que aplazó, al principio de su gestión, hace menos de tres meses. El objetivo de Trump en este caso coincide con el de su antecesor: tener el control y la propiedad de la red social que hace furor (150 millones de usuarios) y almacena millones y millones de datos de sus ciudadanos.

El Gobierno chino posee una participación en ByteDance que le otorga derecho a veto

Pekín, por su parte, mantiene que cualquier operación de venta debe pasar por un proceso de revisión de seguridad nacional, ya que el Gobierno chino posee una participación en ByteDance que le otorga derecho a veto. Más o menos lo que antes se entendía como la acción de oro.

La empresa ha reconocido públicamente que aún existen «diferencias clave» con las autoridades estadounidenses y que sigue negociando con el objetivo de mantener la aplicación en funcionamiento en el país.

Trump, negociador con caparazón, ha prorrogado 75 días más el plazo para que se pueda alcanzar un acuerdo, y ha insinuado que si China pasa por el aro de deshacerse de TikTok, estaría dispuesto a bajarle los aranceles. Todo esto, antes del ultimátum del 50 %. El próximo capítulo, antes de que suenen las campanadas de las 12 de la noche.

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