Seguridad
La razón por la que debes abrochar todos los cinturones del coche aunque viajes solo
Especialistas en seguridad vial aconsejan llevar siempre abrochados los cinco cinturones de un automóvil
La introducción de los cinturones en los automóviles ha sido uno de los mayores inventos de la historia en materia de seguridad. Se calcula que han salvado ya más de un millón de vidas en sus casi seis décadas de existencia, y están considerados como el avance más importante de la automoción en seguridad.
En España los cinturones delanteros son obligatorios desde 1975, mientras que los traseros lo son desde 1992. Según el último Código de Circulación no llevarlo puesto se considera una infracción grave, sancionada con 200 euros y la pérdida de tres puntos del carnet en el caso del conductor, mientras que los ocupantes que no lo lleven deberán pagar 200 euros, pues la multa será personal.
Un salvavidas comprobado
A día de hoy se calcula que su uso salva del orden de 100.000 vidas anuales, unas estadísticas que se confirman con un dato demoledor: el uso del cinturón de seguridad reduce un 80 % el riesgo de fallecer en un accidente de tráfico.
Tal y como explican tanto la DGT como la Fundación Mapfre, a 120 kilómetros/hora la probabilidad de morir en caso de accidente sin usar el cinturón es del 100 %. Hay que tener en cuenta que los cinturones están diseñados para trabajar en colaboración con los airbag del automóvil, de hecho si no llevamos el cinturón puesto, el golpe con el airbag puede llegar a lesionarnos.
Cinturón y airbag
Lo que a día de hoy no teníamos tan claro era la recomendación que hizo la DGT acerca de lo aconsejable que resulta llevar abrochados también los cinturones traseros del coche.
Tal y como es sabido cuando tenemos un accidente la deceleración multiplica el peso de los objetos dentro de un automóvil.
Efecto elefante
Para hacernos una idea, una persona de 70 kilos se convierte en un objeto de cuatro toneladas de peso que puede aplastar a cualquier otro ocupante.
Lo mismo ocurre con el equipaje, de forma que en caso de accidente los bultos del maletero pueden desplazarse brutalmente hacia delante e incluso hacer que los respaldos de las butacas traseras cedan, con lo que la carga aplastaría a los ocupantes.
Así, si llevamos los cinturones traseros abrochados servirán como una barrera de contención adicional para que la carga no acceda al habitáculo.
De la misma forma el del acompañante puede servir para amarrar una mochila o similar y que esta no se desplace en caso de accidente. Hay que tener en cuenta que el efecto elefante hace que un ordenador portátil pese lo mismo que un jabalí en caso de accidente.