Seguridad vial
Cuatro despropósitos de la luz de emergencia V16, el negocio millonario patrocinado por la DGT
Se acerca la fecha en la que la baliza V16 será obligatoria y los conductores todavía no acaban de verlo claro
Hace casi 25 años, en 1999, que la DGT tomó la decisión de que los triángulos de emergencia fueran obligatorios. Entonces fue una medida bien acogida por los conductores, pues suponía un avance importante en materia de seguridad vial.
En aquel momento las prisas y la alta demanda generaron algún problema de suministro, si bien fueron puntuales y prácticamente todos los vehículos del mercado dispusieron de su pack de triángulos de emergencia. Entonces tenían un precio en torno a los 10 euros y eran de obligada utilización en casi toda Europa.
Del triángulo mejor no hablar
Ahora, 23 años después, la DGT ha decidido su sustitución por la baliza de emergencia V16, un dispositivo diseñado por dos Guardias Civiles de Tráfico retirados que permite señalizar los accidentes con un riesgo inferior, pues el conductor no tiene que bajarse del automóvil, lo que reduce considerablemente el riesgo de atropello.
Conviene recordar que el año pasado 23 personas fallecieron atropelladas en carretera tras bajarse del coche por cualquier incidencia.
La DGT no comunica
A día de hoy la baliza V16 no ha sido especialmente bien recibida en el sector. La confusión generada en los conductores está provocando que compren la baliza V16 que se lleva vendiendo desde hace meses, mucho más barata que la que ha homologado la DGT y con una serie de funcionalidades muy inferiores.
Y lo que es más importante, esta baliza no será admitida por la DGT a partir del 1 de enero de 2026, cuando ya será obligatoria. entonces hacer uso de ella nos costará 200 euros de multa.
Para que una baliza esté homologada por la DGT debe estar conectada con el organismo, lo que quiere decir que debe contar con una tarjeta SIM que le permita entrar en comunicación cuando sea necesario. El objetivo es que la DGT esté informada en tiempo real en caso de que se active una baliza, pudiendo así movilizar los medios de emergencia necesarios.
No se ve bien
Otras críticas no han tardado en llegar, por un lado este tipo de baliza apenas es visible durante el día, pues sus destellos sólo se distinguen con claridad durante la noche. Por otro lado, qué sentido tiene pagar por este tipo de indicador luminoso cuando los coches están ya provistos de los intermitentes de emergencia, que se utilizan precisamente con la misma finalidad.
Los coches ya están conectados
Para terminar de rematar el despropósito, hace ya años que los coches están conectados con la DGT a través de un mecanismo similar tipo SIM, con lo cual ahora hablamos de una doble comunicación.
El negocio del siglo
Por si esto fuera poco su precio no es barato, las actuales no conectadas cuestan en torno a los 15 euros, pero las definitivas rondan los 50 euros. Hay que tener en cuenta que además del terminal estamos pagando la conexión telefónica con la DGT durante 12 años, el período mínimo que establece la DGT.
Esto es precisamente lo que ha provocado que algunos vean en este nuevo sistema el negocio perfecto de la DGT, pues para un parque como el español en torno a los 35 millones de vehículos hablamos de casi 2.000 millones de euros, que de momento se están repartiendo entre los más rápidos en homologar dispositivos, fundamentalmente las telefónicas, los inventores y las empresas fabricantes.