El semáforo se pone en rojo si los coches superan los 50 kilómetros/hora

El semáforo se pone en rojo si los coches superan los 50 kilómetros/hora

Sanciones

El fotomatón de la DGT: el curioso motivo por el que Tráfico ha tenido que anular miles de multas

La DGT causa una avalancha de multas al poner en funcionamiento sin avisar un semáforo con radar que llevaba años sin funcionar

Para conocer la historia de este peculiar radar de la DGT habría que viajar a 2015, cuando el organismo que controla el tráfico en España decidió colocar un radar con cámara frente a uno de los semáforos de San Rafael, un pequeño pueblo de la sierra madrileña perteneciente a Segovia. En concreto el equipo se encuentra colocado a la salida del pueblo en la N-603 sentido Segovia.

Este radar trabaja en colaboración con el semáforo, de forma que si pasan coches a más de 50 kilómetros/hora el semáforo se pone en rojo y para el tráfico.

Semáforo radar

Este dispositivo, conocido como fotorrojo, estuvo en funcionamiento durante años pero con una función meramente informativa, sin que en ningún momento sancionara a los conductores que se pasaban el semáforo en rojo.

Semáforo de San Rafael, en Segovia

Semáforo de San Rafael, en Segovia

El problema llegó el pasado mes de mayo, cuando a la DGT se le ocurrió la 'feliz idea' de ponerlo en funcionamiento para sancionar a los conductores que se lo saltaran.

Por sorpresa

Tras todo el verano en funcionamiento, los vecinos no fueron conscientes de que el radar multaba hasta mediados de septiembre, cuando la DGT envió decenas de notificaciones con las sanciones correspondientes: en este caso 200 euros y cuatro puntos del carnet.

En problema es que algunos de los vecinos habituales de la zona acumularon decenas de multas, pues durante todo el verano nadie les informó de que el sistema estaba activado. Un vecino en concreto llegó a acumular una veintena de sanciones, lo que suponía la retirada del carnet y 4.000 euros en multas.

Lógicamente los vecinos han puesto los correspondientes recursos contra las sanciones y no les falta razón. Por un lado denuncian un defecto de forma, porque las multas deben comunicarse en un plazo de dos o tres semanas después de cometer la infracción, no seis meses.

Esta es la cámara en cuestión que ha provocado las multas

Esta es la cámara en cuestión que ha provocado las multas

Por otro lado aducen que se trata de un dispositivo que debería estar señalizado previamente, tal y como obliga a hacer la ley con los radares fijos.

En este caso la DGT ha tomado la decisión salomónica de anular cientos de multas y sólo cobrar la primera de las denuncias a las decenas de vecinos afectados, que siguen sin estar contentos con la resolución y van a continuar con los recursos. En la zona el dispositivo, que sigue multando, ha sido apodado como el fotomatón de la DGT.

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