Siniestro
Dejan de achatarrar coches en Valencia tras desguazar cientos de vehículos sin saberlo sus dueños
Además de que no lo sepan sus propietarios, la realización de este procedimiento en las campas de almacenamiento supone un riesgo de contaminación ambiental
La cifra de coches destruidos en Valencia ya va por los 130.000, el equivalente al parque móvil de una ciudad media como puede ser Oviedo con casi 220.000 habitantes. Se trata de una cifra equivalente al 10 % de los coches que se venden al año en España, una cifra más que respetable que va a suponer un repunte en las ventas de automóviles.
El problema es que la descoordinación que han denunciado por activa y por pasiva los voluntarios allí desplazados está generando problemas logísticos y funcionales muy puntuales.
Caso y descoordinación
En este caso el problema es que en el afán por despejar las calles y carreteras de las poblaciones más afectadas ha provocado que la retirada de vehículos se haya realizado de manera arbitraria y poco ordenada y lo que es más importante, sin la autorización de sus propietarios.
En este caos las ordenanzas municipales de cada localidad son las que marcan los plazos de retirada y achatarramiento de coches en la vía pública y en este caso no se están respetando los plazos.
No se respetan los plazos
Lo habitual es que los servicios municipales puedan retirar los coches de las calles pasadas entre una y dos semanas de que no se muevan del sitio y trasladados a dependencias municipales, normalmente un depósito, donde pueden achatarrarse normalmente uno o dos meses después siempre que se haya intentado dar con el propietario y no haya dado respuesta.
En este caso todos los gastos corren de parte del dueño, que deberá hacer frente tanto a la retirada como a achatarramiento de vehículos e incluso los días de estacionamiento.
Aragón, que está al frente de los trabajos de recuperación de la zona conocida como el sector 3 de Catarroja, decidió proponer el achatarramiento de los miles de vehículos amontonados en las campas con la firma de reciclado de automóviles López Soriano, con la autorización del ayuntamiento, una empresa que tiene un prestigio reconocido en este sector.
Desguace in situ
En este caso el achatarramiento de los coches tendría lugar en las propias campas, para evitar trasladar los coches y siempre con la intención de evitar incendios o problemas de tipo ecológico. El procedimiento incluía el vaciado de líquidos, aceite, combustible y líquido de baterías fundamentalmente, para evitar vertidos medioambientales.
Previamente se comprobaría el número de bastidor y la matrícula de cada vehículo y se realizarían fotos que acompañarían al certificado de achatarramiento para su propietario.
El problema es que muchos propietarios se van a enterar del destino de su vehículo una vez que ha quedado reducido al tamaño de una lavadora tras destruirlo por completo, por supuesto sin peritar previamente, lo que puede provocar problemas a la hora de calcular las indemnizaciones.
Este procedimiento ha provocado quejas por parte de la Asociación Española de Desguaces y Reciclaje del Automóvil (Aedra) tanto por el desconocimiento de los propietarios, que podrían iniciar procedimientos patrimoniales contra los ayuntamientos responsables, como por un proceso que no se está llevando a cabo en las instalaciones adecuadas y con las medidas de seguridad necesarias.