Rally
Así es la nave espacial con la que Carlos Sainz intentará ganar el Dakar
Por tercer año consecutivo Carlos Sainz y su copiloto, Lucas Cruz, se enfrentan a la que está considerada como la prueba automovilística más dura del mundo
Lejos quedan los años en los que el Dakar era una prueba pura de navegación, orientación y regularidad. Ahora a todos esos factores se ha añadido la velocidad, lo que lo convierte en una carrera al sprint que pone a prueba tanto a los pilotos como a los coches.
En este caso Carlos estará al volante de la que es la tercera evolución del RS Q e-tron, o lo que es lo mismo: de una verdadera nave espacial con ruedas al nivel tecnológico del que puede tener un Fórmula Uno, y con la dificultad que supone que sobre este coche sólo trabaja la marca germana, por lo que no existe la menor referencia válida.
Un reto tecnológico
En esta tercera y parece que última evolución del modelo la marca mantiene el esquema original y se ha centrado en mejorar cinco aspectos clave que detallaremos más adelante.
Se trata de un coche buggy híbrido que combina dos motores eléctricos con un motor gasolina 2.0 TFSi que le permite recargar constantemente la batería, que es de 52 kilovatios/hora, y está ubicada bajo los asientos, y que en el mejor de los casos le darían 100 kilómetros de autonomía.
Gestión electrónica
Los dos motores eléctricos están colocados cada uno en un eje, de manera que dispone de tracción integral, y todo gestionado por una centralita que hace de repartidor de tracción entre los ejes y que se encarga del 4x4 del vehículo.
El sistema de frenos combina regeneración eléctrica para recargar las baterías en las frenadas con sistema tradicional de pastillas, tal y como dijo Carlos en otras ediciones, algo a lo que le ha costado acostumbrarse.
El coche mejora cinco aspectos respecto a la pasada versión. Uno de los más importantes es el de la comodidad, pues la violencia de los saltos les provocaba problemas de espalda, especialmente a Lucas, por lo que los ingenieros han mejorado tanto la amortiguación como los muelles y los asientos de piloto y copiloto, con un nuevo mullido que absorbe mejor los impactos.
Se mejora también el aislamiento de los pilotos, lo que mejora su confort para las larguísimas etapas de esta edición.
Más cómodo
Se ha reforzado también la estructura de seguridad, pues el año pasado, al volcar, Carlos Sainz sufrió daños que al final le obligaron a abandonar la prueba.
En general el conjunto mecánico no ha sufrido cambios, pues está muy probado y no da problemas, pero se ha mejorado por ejemplo la gestión de las piedras, que se quedaban en los pasos de rueda y provocaban algún pinchazo, tal y como ocurrió el año pasado. Del mismo modo se refuerzan los neumáticos en conjunto para evitar reventones.
Se ha logrado bajar de los 2.100 kilos de peso con un capó más ligero o pinzas de freno aligeradas. Por último se mejoran algunos anclajes exteriores, la tornillería y la ubicación de la herramienta, para que sea más fácil y rápido solucionar cualquier problema sobre la marcha.