La electrificación pide tiempo
Las marcas europeas meten en la nevera el coche eléctrico y retoman la evolución de los motores gasolina
Algunos fabricantes confirman ya abiertamente que la venta de coches eléctricos no es negocio a día de hoy y vuelven a trabajar sobre motores de gasolina
Ha costado, pero ya hay varias marcas europeas que han dado un paso hacia adelante y han confirmado que retoman la evolución de los motores de combustión, pues los plazos para la electrificación del automóvil son irrealizables tal y como los había planteado Bruselas.
Hace sólo un par de años que la Unión Europea ponía el listón en 2035, fecha en la que se prohibiría la venta de coches gasolina y diésel en todo el territorio comunitario, un brindis al sol que fue aceptado por todos los fabricantes sin apenas discusión, que fueron anunciando públicamente las fechas en las que toda su gama de vehículos sería 100 % eléctrica, normalmente en torno a 2030.
2030 y más allá
Pero la terca realidad se ha impuesto una vez más y los compradores, que al final son los que pagan la fiesta, han dicho unánimemente no al coche eléctrico, al menos en los términos en los que lo planteaba Europa.
Es cierto que en el norte Europa la tasa de eléctricos se disparó los dos últimos años, una demanda no tan real que se apoyaba en las generosas subvenciones que llegaban desde Bruselas, que financiaban cada coche eléctrico que se ponía en circulación con entre 5.000 y 6.000 euros.
Hoy no es rentable
Pero por si esto fuera poco, las marcas han descubierto que a día de hoy la fabricación y venta de coches eléctricos hace un agujero en sus presupuestos, pues las ingentes inversiones llevadas a cabo en investigación y desarrollo para lanzar este tipo de vehículos no encuentran retorno en los concesionarios, pues el desplome de precios de Tesla los ha dejado sin margen de beneficios.
La semana pasada Mercedes fue uno de los primeros fabricantes que ha hablado abiertamente de ampliar la comercialización de vehículos de combustión, en concreto dejó atrás cualquier tipo de mensaje catastrofista hacia ellos al confirmar que por el momento sus planes son mantenerlos a la venta hasta bien entrada la década de los 30, toda una declaración de intenciones.
VW, Ford, BMW, Stellantis...
De forma mucho más discreta otros fabricantes como Ford, Renault, Mini o el Grupo Volkswagen trabajan en un sentido similar aunque con mayor discreción, como si reconocer que no cumplirán sus planes de electrificación sea algo negativo.
En este caso Ford paró por completo la electrificación de su factoría de Almussafes y hace unos días confirmó la fabricación de un nuevo modelo de combustión en 2027, aunque en este caso será híbrido.
Renault, por su parte, puso en marcha la división Horse para la fabricación de motores de combustión, que le permite producir y trabajar sobre este tipo de propulsores térmicos sin que la firma del rombo tenga que ‘dar la cara’, en principio estos motores irán destinados a otros mercados además del europeo.
BMW por su parte ha lanzado un mensaje en clave a través de Mini, que en teoría debería estár ya prácticamente acercándose a su completa electrificación y por el momento ha lanzado un nuevo Contryman con motores híbridos, al igual que ocurrirá con otros modelos de la marca.
El Grupo VW confirmó durante un reciente viaje de prensa a su factoría de Landaben que trabaja ya en plataformas multienergía que le van a permitir producir un mismo coche en versiones eléctricas e híbridas, una solución por la que optó Stellantis hace ya años.
Stellantis dio en el clavo
El Grupo francés Stellantis, de la mano de Carlos Tavares, ha sido uno de los que mejor ha sabido leer la evolución del sector, pues hace ya años que trabaja con una filosofía integradora y no excluyente, lo que significa que todos sus lanzamientos contarán con versiones de combustible a la par que eléctricas, híbridas no enchufables y enchufables.
Sin duda a día de hoy la opción más razonable, pues al final será el comprador quién elija el tipo de motor que mejor se adapte a sus necesidades y no el comité de sabios de Bruselas.
Una cosa está clara, dentro de unos años el automóvil será eléctrico o no será, pues el mundo no puede permitirse el lujo de seguir quemando combustible para moverse, aunque en la ecuación aún falta poner la fecha, un error de cálculo que ha dejado en el aire la viabilidad de algunos fabricantes europeos y que ha supuesto una invitación para que los fabricantes chinos se lancen a la aventura europea.