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Isabel II

Isabel II se ha convertido en la monarca que más años ha reinado

La Reina Isabel II del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (1926-2022)

La templanza

Mantuvo un trato ejemplar con sus quince primeros ministros del Reino Unido que ha tenido, e incluso con los dirigentes políticos de otros países miembros de la Commonwealth. Ni ocultó, ni exhibió sus ideas políticas

Queen Elizabeth II attending an official state dinner in Berlin, Wednesday, June 24, 2015.
Nació el 21 de abril de 1926 en Mayfair, Londres y ha fallecido el 8 de septiembre de 2022 en Balmoral, Escocial

Elizabeth Alexandra Mary de Windsor

Reinó más que nadie en su país

Llegó al trono tras la abdicación de su tío Eduardo VIII y la temprana muerte de su padre Jorge VI. Se convirtió en el Monarca que más años ha reinado, setenta. Tuvo quince primeros ministros, la última, Lizz Truss sólo unos días. En el momento de su muerte reinaba sobre Estados soberanos de Europa, América, y Oceanía

A Santiago Tamarón, a quien tanto deben estas líneas

Una gran Reina ha muerto. Ha muerto, que no fallecido, pues el eufemismo está fuera de lugar en su caso como en el de casi todos los soberanos. La última imagen que tuvimos de ella fue el pasado martes cuando recibió, de pie, en Balmoral, a su nueva y última primer ministro, Lizz Truss. Como siempre, la Casa Real británica lo hizo con maestría: Era impresionante el poder evocador de las imágenes de la Reina recibiendo en pie a la nueva primer ministro en un sencillo salón en el castillo de Balmoral, el mismo castillo en el que nació nuestra Reina Victoria Eugenia, cuya madre siempre estaba al lado de la Reina y Emperatriz Victoria. Reina a la que se ve a la derecha de esa última imagen, en un lienzo, muy anciana ya y con Brown, el veterano lacayo escocés que atendió sus confidencias y su ancianidad y que supo comprender su otoño como Monarca...

Britain's Queen Elizabeth II, left, welcomes Liz Truss during an audience at Balmoral, Scotland, where she invited the newly elected leader of the Conservative party to become Prime Minister and form a new government, Tuesday, Sept. 6, 2022.

La última imagen que se tuvo de ella fue con Lizz Truss, primer ministro de Inglaterra con la imagen de la Reina victoria, anciana, a la derechaGTRES

En 1952 empezó uno de los reinados más largos de la Historia. Cuando murió en Londres Jorge VI la Princesa Isabel estaba de viaje oficial en África. A su regreso precipitado fue recibida por su abuela la Reina Mary y su madre la Reina Elizabeth, que dobló la rodilla y le besó la mano a su hija, Reina ya, añadiendo al instante «Lilibeth, llevas una falda demasiado corta para el luto».

- ¿Cómo va a llamarse vuestra Majestad? – le preguntaron en Palacio.

- Con mi nombre, por supuesto. ¿De qué otra manera? – replicó la nueva Reina.

Pero hacía falta aclarar, pues su madre había sido llamada Queen Elizabeth. La nueva Monarca sería Queen Elizabeth II pero sería llamada The Queen. Su madre pasaría a ser Queen Elizabeth the Queen Mother, mejor que el apelativo antiguo de Dowager Queen, Reina Viuda. Elizabeth II sería Queen Regnant, Reina Reinante, y sus iniciales serían EIIR, Elizabeth II Regina.

En español y en España siempre ha sido llamada Reina Isabel II de Inglaterra. En la Commonwealth tiene 15 nombres y títulos distintos, uno por cada uno de los estados de los que es Monarca. En el Canadá, por ejemplo, es Elizabeth the Second, by the Grace of God of the United Kingdom, Canada and Her other Realms and Territories Queen, Head of the Commonwealth, Defender of the Faith (Isabel II, por la Gracia de Dios, Reina del Reino Unido, Canadá y sus otros reinos y terriotorios, cabeza de la Commonwealth, Defensora de la Fe).

También tiene distintos títulos históricos de soberanía efectiva, que no de pretensión, en otros territorios menores. En las Islas del Canal (Channel Islands) la Reina es oficialmente Duque de Normandía. Para desgracia de las feministas, esta mujer se tiutla Duke, no Duchess. Igual que en la Isla de Man es Lord of Mann (sic).

En el caso de la Soberana inglesa que acaba de morir cabría encontrar muchos atributos físicos y morales heredados, y junto a ellos otros rasgos adquiridos. Cuando la Princesa Isabel tenía 16 años fue nombrada Coronel Honorario del Regimiento de Granaderos de la Guardia Real. Siempre miraba con suma atención a la tropa en las inspecciones y no pasaba por alto cualquier falta en las revistas de policía, comunicándola al mando efectivo que la acompañaba. Hasta que en cierta ocasión uno de los comandantes del Regimiento le hizo llegar discretamente que «el primer requisito de un oficial en verdad bueno es ser capaz de templar la justicia con la clemencia».

A partir de entonces la joven Princesa aplicó la templanza en el ejercicio de sus funciones. La templanza, unida a la extrema discreción, permitieron a la poco después Reina mantener un trato ejemplar con los quince primeros ministros del Reino Unido que ha tenido, e incluso con los dirigentes políticos de otros países miembros de la Commonwealth. Ni ocultó ni exhibió sus ideas políticas.

La Reina Isabel tuvo buena relación con todos sus primeros ministros y con algunos la relación fue especialmente buena. Han solido equivocarse quienes creyeron que la Reina se llevaría mejor con los jefes de Gobierno conservadores que con los laboristas. Hubo de todo.

Churchill le mostró siempre un cariño entre paternal y de abuelo, como si no pudiera olvidar que su carrera militar empezó luchando en guerras coloniales como oficial de los ejércitos de la Reina Victoria, tatarabuela de Isabel II.

Su primer jefe de Gobierno socialista fue Harold Wilson, y muy pronto alcanzaron una confianza mutua basada, como en los demás casos, en la sinceridad y la discreción. En cambio, la conservadora Margaret Thatcher, siempre respetuosa con la Soberana, no llegó a entenderse con ella. Heath, también de derechas, no parecía cómodo con la Reina. Su misoginia era proverbial. Blair, laborista, se esforzó con éxito en ayudar a Isabel II para superar la crisis provocada por la muerte de Diana, Princesa de Gales.

Isabel II y el duque de Edimburgo, en su primera aparición pública en 1947

Isabel II y el duque de Edimburgo, en su primera aparición pública en 1947GTRES

La Reina británica también cuidó durante su larga vida los estrechos lazos con los países miembros de la Commonwealth, tanto aquellos de los que sigue siendo Reina, quince, como con los que son repúblicas pero mantienen como lazo de unión la primacía de Isabel II, Cabeza (Head) de la Commonwealth. Fue un fenómeno interesante cómo durante la descolonización, que tantas tensiones y conflictos acarreó, la Reina británica se mostró más clarividente y conciliadora que muchos políticos, tanto británicos como del entonces llamado Tercer Mundo. Al mismo tiempo, estableció una estrecha relación personal con casi todos los presidentes de los Estados Unidos de América. En varios casos como con Ronald Reagan, esa proximidad vino reforzada por la afición de la Reina por cuanto tuviese que ver con los caballos y la caza. Por distintos motivos recibió y devolvió visitas, de Estado, oficiales y privadas al mundo norteamericano. El mundo francés y en particular la Quinta República y el propio general De Gaulle han sido siempre para ambos países fuente de malentendidos, atracciones y eclipses. Diríase que Charles de Gaulle nunca perdonó a la Gran Bretaña, a su Reina o a los Estados Unidos, los favores que el Gobierno francés presidido por él y refugiado en Londres recibió desde 1940.

La Reina Isabel hizo una visita de Estado a España en 1988 y el Rey Don Juan Carlos I había ido a Inglaterra, también en visita de Estado, en 1986, seguido por el Rey Felipe VI en 2017.

La Reina Isabel mostró una infinita paciencia ante las tergiversaciones o ignorancias de los medios de información. En el caso de la histeria periodística a propósito de la muerte de Diana, Princesa de Gales, cuando la prensa amarilla se empeñó en que en el Palacio de Buckingham ondease la bandera británica a media asta, la Reina intentó hacer saber que en Palacio no ondea la Union Jack sino el Estandarte Real, y éste nunca está a media asta puesto que, de manera automática «A Rey muerto, Rey puesto». El primer ministro, Tony Blair, la convenció y se cedió ante la histeria popular espoleada por la prensa.

retrato freud

Retrato realizado por Lucian Freud, hijo del conocido psicoanalista

El pintor Lucian Freud, hijo de Sigmund Freud, inventor del psicoanálisis, pintó un retrato francamente feo de la Reina. Llevaba una diadema y dado su valor, había varios policías que montaban guardia en el estudio del artista. Freud encontró molesta su presencia, así es que la Reina Isabel les dijo que salieran del estudio. Charlando con el pintor le contó que uno de ellos lo había conocido durante una cacería en la finca de unos amigos. La Reina estaba cobrando las aves, como siempre hacía, cuando un faisán herido salió de un seto derecho hacia ella aleteando y arañándola con las garras, derribó a la Reina. Había sangre en su ropa de los arañazos del pájaro y el escolta estaba cerca de ella temió que le habían dado un tiro a la Reina. Se abalanzó y se tumbó encima de ella y empezó a darle el boca a boca para resucitarla. «Entiendo que llegamos a conocernos bastante bien» le diría la Reina a Freud. Después, contrató al policía para su escolta.

Las opiniones y los ideales que sí ha mostrado siempre son los relacionados con su Fe cristiana. La Reina Isabel, es oficialmente Defensora de la Fe, título concedido a su dinastía por el Papa Julio II en 1507. Aún hoy, en todas las monedas aparece FD o FID DEF (Fidei Defensor). Es, constitucionalmente, Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra y por ello figura antes que el Arzobispo de Canterbury, Cabeza simbólica de la Comunión Anglicana.

Lo más arduo es siempre la propia familia. Decía el Conde de París que «si miraran con la misma lupa a la familia de Monsieur Dupont que con la que usan para escudriñar a los Orleans… saldrían problemas y escándalos muy parecidos».

La Reina supo mantener bien anclado el matrimonio con su primo tercero, el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, pese al fuerte carácter de éste. Sus cuatro hijos, Carlos, Príncipe de Gales, Ana, Princesa Real, Andrés, Duque de York, y Eduardo, Conde de Wessex, son de diferentes temperamentos y gustos. Seguramente templó también el talante de sus hijos; el ya Rey y hasta ahora Príncipe de Gales, llega al trono madurado por los años y por la discreta influencia de su madre.

Isabel II, siempre serena, mas nunca acomodaticia, capaz de arrancar aplausos a los irlandeses en Dublín y sonrisas a los Papas en Roma, tan prudente como nuestro Felipe II pero tan sonriente como la Gioconda, ha cumplido con creces en sus reinos su papel histórico de puente hacia el mundo contemporáneo.

Dicho cuanto antecede tal vez cabría cerrar con palabras del I marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza, medio milenio atrás, en su loa a Isabel de Portugal, Reina de Castilla y antepasada de Isabel II de Inglaterra:

Pues loen con gran vehemencia
los reinos donde naciste
la vuestra mucha excelencia
y gran honor que les diste,
y la tal gracia graciosa
por Dios a vos otorgada,
gentil Reina valerosa
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