Fundado en 1910
Jaime Aguilar

Jaime Aguilar (1923-2022)

Síndico Presidente de la Bolsa de Madrid

Promovió muchos de los cambios que revolucionaron la Bolsa española en los años 80

Jaime Aguilar
Nació el 23 de febrero de 1923 en Madrid donde ha fallecido el 29 de noviembre de 2022

Jaime Aguilar Otermin

Agente de Cambio y Bolsa

Fue vicepresidente de la Bolsa de Barcelona y más tarde síndico presidente de la Bolsa de Madrid. Era un hombre de firmes principios que colaboró estrechamente con Enrique Fuentes Quintana en la modernización del mercado de valores.

El fallecimiento de Jaime Aguilar Otermin, tras una vida larguísima e intensa marca, posiblemente, la desaparición de uno de los últimos grandes Agentes de Cambio y Bolsa español.

Como le gustaba contar a él, la vida tiene diferentes etapas y hay que estar a la altura en todas ellas, y saber en cada momento, en cual estas. Dominador de su tiempo, de su carácter, de su criterio, de sus anhelos, planteó su vida de forma muy seria y profunda en su interior y muy sencilla en su exterior.

De una familia ligada tradicionalmente a la Bolsa de Valores (su padre fue presidente de la Bolsa de Madrid y dos de sus hermanos agentes de cambio y Bolsa), aprobó la oposición de Agente de Cambio y Bolsa y su primer destino, que le marcó profundamente en todos los órdenes de su vida, fue Barcelona, ciudad por la que sentía especial veneración y donde fraguó su carrera y sus mejores amigos. Allí llegó a ser vicepresidente de su Bolsa, fundó una familia en torno a Adela Fernández-Hontoria Botín, se inició en la práctica del esquí y del golf, dos de sus grandes pasiones.

De regreso a Madrid en 1971, participó activamente en la primera renovación de la Bolsa de Valores en los años de la Transición, con ideas que marcaron en los años siguientes la Reforma del Mercado de Valores. En 1977 se convirtió en Sindico Presidente de la Bolsa de Valores y colaboró con Fuentes Quintana en sentar las bases de la Reforma. Promovió la asociación de agentes, la formación de las primeras sociedades de valores, la liberalización del mercado, y la modernización de las cotizaciones y, sobre todo, las mejoras técnicas de la liquidación de valores y la reforma de los órganos de gobierno de la Bolsa. En suma, muchos de los cambios que revolucionaron la Bolsa española en los años 80.

Siguió en activo muchos años hasta su jubilación oficial en 1993 y después a través de la sociedad de valores Aguilar y de la Fuente, hasta 2006.

Uno de los ejes de su educación fue el deporte, escuela que consideraba aportaba los fundamentos esenciales para la vida. Se inició en el deporte muy tarde, pero de manera muy decidida. En Barcelona descubrió el esquí y fue uno de los pioneros de Baqueira Beret, contagiando el veneno de la nieve a todos sus hijos y a cuantos se le acercaran. Quien esto firma fue invitado por Jaime y Adela a Baqueira cuando apenas tenía 6 años. Pero nunca fui subyugado. Jaime Aguilar fue esquiador activo hasta pasados los 83 años. También en Barcelona descubrió el golf, deporte que fue su verdadera pasión. Logró 3 hoyos en uno, hecho al alcance de muy pocos. Pero es que jugó mucho pues su último partido fue a punto de cumplir 99 años. Su club Puerta de Hierro le nombró Socio de Honor en 2020.

Su otra pasión fue el Real Madrid, en una familia con varios colchoneros. Estuvo ligado al Club como miembro de la directiva de Luis de Carlos y siguió a su querido Real Madrid toda su vida.

Le gustaba mucho madrugar y su mujer Adela contaba que en una ocasión le hizo salir tan temprano de Madrid hacia la casa que tenían en Santander -por las raíces de ella- que cuando llegaron a desayunar al Landa en Burgos… la cafetería todavía no había abierto.

Hombre profundamente religioso, devoto como ninguno de su Virgen de Atocha, hijo predilecto de los padres dominicos (aunque rezara a San Ignacio), fiel de su Santiago y de todo lo que tuviera que ver con él, de la Madre Maravillas y de las hermanitas de los Pobres, seguía con especial atención la renovación de la Iglesia con espíritu activo, progresista y exigente.

Fue una persona que siempre ayudó a su prójimo cercano. De carácter muy fuerte, genio indiscutible, un empuje y voluntad de hierro (posiblemente forjado en los años de opositor), puntual hasta el extremo, escueto de paciencia, amante de descubrir lugares pero no de viajar, integrado en todos los tiempos y lugares que su larga vida le ofreció, deja un legado inmenso de recuerdos a todos los que tuvieron la suerte de conocerle.

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