Una rumbera transgresora y escandalosa

Cantante y bailaora flamenca, actriz y presentadora de televisión, María Jiménez estuvo ligada a la música española durante más de 45 años. En su haber tiene casi una veintena de álbumes de estudio y numerosos conciertos, además de una docena de papeles en el cine y la televisión y varias docenas de portadas en el papel cuché debido a su relación con Pepe Sancho.

Transgresora y defensora de la nueva copla, el nombre de María Jiménez empieza a sonar en 1976 cuando publica su primer disco con baladas de Silvio Rodríguez, Amancio Prada y Lolita de la Colina, además de un buen número de boleros, rancheras, rumbas, tangos y bulerías que es bien acogido. Pero no sería hasta el lanzamiento del segundo álbum y su sencillo Se acabó en 1978 que no llega a las listas de éxitos dando voz al maltrato de manera abierta y valiente. No en vano, muy sensibilizada con este problema, la cantante acabaría fundando en 2022 la Fundación María Jiménez para luchar contra la violencia machista a raíz de su propia experiencia personal con el objeto de ser un refugio para víctimas de malos tratos.

Conocida sobre todo por sus rumbas y la originalidad de su vestuario en los directos, es aplaudida por la sinceridad con la que habla de su pasado como limpiadora y su formación autodidacta en los tablaos. Durante la década de los 80 trabaja a un ritmo frenético sacando un disco de estudio cada dos años. En 1995 hace un parón musical para regresar con notable éxito en 2002 con el disco Donde más duele (canta por Sabina) y que remataría en 2020 con su último trabajo, La vida a mi manera en donde contó con hermosas colaboraciones de artistas como Pitingo o Miguel Poveda.

Aunque no dejó una gran impronta en el mundo de la interpretación, desarrolló cierta carrera como actriz, participó en las películas Manuela (1976), Perdóname, amor (1982), ¡Ja me maten! (2000), Yo puta (2004) y Los managers (2006) y en algunos episodios de las series Hostal Royal Manzanares (1996) o Todos los hombres sois iguales (1997). También probaría suerte como presentadora de Canal Sur en el programa Bienaventurados y fue jurado en algunos programas musicales de la cadena andaluza.

Fue madre soltera a los 18 años de una niña llamada Rocío que moriría trágicamente a los 16 en un accidente de tráfico y se casó en dos ocasiones con el actor Pepe Sancho con quien tuvo un hijo más y de cuya tormentosa y violenta relación hablaría con toda clase de detalles en su autobiografía Calla canalla. Esta relación la llevó a ser foco de infinidad de programas y revistas del corazón.

Sevillana hasta la médula y defensora de su andalucismo, entre sus reconocimientos está la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes otorgada por el Ministerio de Cultura en 2022, la Medalla de la Ciudad de Sevilla, la Insignia de Oro de Chiclana, el Premio Andalucía Excelente o el Premio Radiolé a toda su trayectoria en 2018.