El primer gran fondista de España

La final de la prueba de 10.000 metros de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 quedará como la ocasión en que a Mariano Haro se le escapó una medalla 'por los pelos': presente en el trío de cabeza junto al etíope Miruts Yifter y el belga Emiel Puttemans durante la mayor parte de la carrera, en el último momento no pudo aguantar la fuerza del regreso del futuro vencedor, el finlandés Lasse Virén, que se había recuperado de una caída. Haro quedó cuarto.

Una vez más había sido víctima de su principal carencia: la falta de empuje en el tramo final. Múnich era la ocasión ideal para llevarse una medalla, pues en los Juegos de México en 1968 –los primeros en los que participó– aún no había alcanzado su máximo nivel, en los de Montreal en 1976, su trayectoria ya estaba en su fase descendiente. Como escribió en su blog el también atleta y periodista Ángel Cruz, Haro 'hacía estallar las carreras, pero casi siempre había alguien que soportaba aquellas arremetidas y le batía al final. Si […] Haro hubiera gozado de velocidad terminal, hubiera sido campeón olímpico.

Mas estos contratiempos no pueden borrar el campeonato de Europa de Cross por equipos en 1975 no los 27 campeonatos individuales de España, nueve en los 10.000 metros, y cinco en los 5.000 metros. La lista, por supuesto, no es exhaustiva. También conviene rememorar el contexto: por aquel entonces, los medios técnicos, logísticos y económicos del deporte español no eran los de ahora, ni siquiera podían medirse con los de otras potencias deportivas del momento.

No era eso en lo que pensaba Haro cuando a la edad tardía de 19 años se inició en el atletismo este vallisoletano de nacimiento y palentino de adopción, cuya pequeña talla de 165 centímetros le condenaba irremisiblemente a zancadas cortas, que compensaba con un tesón fuera de lo común, ejemplificando el modelo de deportista castellano austero, curtido por su geografía y por su clima. El soriano Abel Antón, sin ir más lejos, sabe algo de eso.

Después de retirarse, Haro trasladó esos valores al mundo de los negocios, invirtiendo en la industria textil y manteniendo una relación comercial con una marca deportiva, y sobre todo al de la política local: durante 24 años, ente 1979 y 2003, fue alcalde, por el Partido Popular, de Becerril de Campos (Palencia), periodo caracterizado por una gestión tranquila, únicamente mancillada por una inhabilitación, resultado de una condena por haber disparado con un revolver de gas a una persona que perturbaba el orden público. Tras dejar el PP, Haro se afilió al Partido Demócrata Español, de signo más conservador, pero no logró recuperar la alcaldía.