Juan Luis Goenaga (1950-2024)
El expresionista vasco cuya obra cautivó a Woody Allen
La pintura de Goenaga ha estado siempre muy vinculada con la tierra, naturaleza y tradiciones vascas
Juan Luis Goenaga Mendiola
Nacido en San Sebastián el 9 de enero de 1950 y fallecido en Madrid el 13 de agosto de 2024.
Pintor expresionista vasco y uno de los últimos grandes creadores abstractos españoles. Deja como legado una obra icónica de la vanguardia española de la segunda mitad del siglo XX.
Hay quien dice que Juan Luis Goenaga es el Jackson Pollock español, y lo cierto es que ambos pintores expresionistas, pese a la distancia temporal (Pollock murió en 1955, cinco años después del nacimiento de Goenaga), compartieron en su obra artística unas mismas motivaciones, intereses y estilo que hacen que sus pinturas puedan resultar muy similares a ojos profanos.
Sin embargo, las semejanzas entre el pintor de San Sebastián y el de Wyoming terminan ahí, pues las trayectorias de ambos responden a unas idiosincrasias irrepetibles.
Goenaga –a quien se le ha recordado en muchos medios por ser suegro del político Borja Sémper y padre de la actriz Bárbara Goenaga– moría el martes 13 de agosto a los 74 años en Madrid.
El pintor guipuzcoano fue un artista visceral, un creador muy vinculado a su tierra, a unas raíces que alimentaron su obra en la que, con una delicadeza extrema y una personalidad contundente, retrató el mundo que rodeaba su caserío de Alkiza adonde siempre perteneció en cuerpo y en alma.
Woody Allen inmortalizó la casa taller y la obra del artista en 2020 en su película Rifkin’s Festival. El cineasta neoyorkino quedó cautivado por su obra e incluyó varias de sus pinturas en su obra cinematográfica.
La naturaleza agresiva del norte de España y, en particular, del interior de Guipúzcoa, el mundo vasco, sus gentes, sus paisajes, fueron su gran inspiración, el motivo que hiló su trayectoria artística.
Su estilo lo desarrolló de manera autodidacta durante sus viajes de juventud por Europa, donde entró en contacto con las principales corrientes artísticas de vanguardia.
Han dicho de él que era un hombre tímido, reservado pero que, en cambio, con un lienzo delante, se transformaba en una auténtica bestia creadora capaz de plasmar todo su mundo interior que, por medio de la manipulación cromática, que retorcía y reinventaba, se convirtió en uno de los grandes exponentes del arte abstracto.
En ese sentido, Goenaga era un auténtico pintor expresionista. Tal vez, la quintaesencia del pintor expresionista y, en ese sentido, sí se podría establecer una comparación clara y justa con Pollock.
Goenaga perteneció a una generación irrepetible de artistas vascos –a la que también pertenecen Eduardo Chillida o Agustín Ibarrola– que han dejado una huella indeleble en la herencia cultural vasca y su idiosincrasia dentro del panorama artístico español.