Fundado en 1910
Manuel Elkin Patarroyo

Manuel Elkin PatarroyoEFE

Manuel Patarroyo (1946-2025)

El primero en detener la malaria

Sus investigaciones culminaron en la vacuna SPf66, que logró una eficacia del 40% en la enfermedad generada por las picaduras de insectos

Manuel Elkin Patarroyo
Nació en Ataco (Colombia) el 3 de noviembre de 1946 y falleció en Bogotá el 9 de enero de 2025

Manuel Elkin Patarroyo Murillo

Inmunólogo e investigador

Formado en la Universidad Nacional de Colombia, amplió estudios en Yale y en el Instituto Karolinska de Estocolmo. Por su descubrimiento de la vacuna sobre la malaria, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica en 1994.

Manuel Patarroyo alcanzó fama planetaria en 1987, año en que dio a conocer la vacuna SPf66, la primera exclusivamente pensada para contener la malaria enfermedad generada por las picaduras de insectos, que asolaba a diversas zonas de África. En una demostración de generosidad, el inmunólogo y patólogo colombiano cedió la patente a la Organización Mundial de la Salud, a modo de «regalo a la Humanidad», según sus propias palabras. El descubrimiento de Patarroyo obtuvo, con el paso del tiempo, una eficacia que se sitúa en torno al 40 %. No erradicó la enfermedad, pero sí supuso un notable avance.

Un orgullo para el interesado, para Colombia y para la Universidad Nacional de Colombia, en la que Patarroyo inició su formación académica y fue docente durante más de medio siglo. Por eso, nada más conocerse su fallecimiento, la institución le homenajeó a través de un comunicado en el que señala que «su legado está representado, más que en la primera vacuna sintética del mundo, en una generación de investigadores a quienes inculcó el valor de construir país, generando conocimiento».

Mas la otra cara de la moneda afloró por medio de las críticas, a veces virulentas: desde de ámbitos académicos y asociaciones animalistas no solo se recriminó a Patarroyo el uso de micos para sus experimentos, sino de obtenerlos a través de contrabando. Las acusaciones desembocaron en un culebrón judicial que se cerró en 2015 con el fallo definitivo del Consejo de Estado de Colombia -el mismo organismo que, tres años antes, había detenido su labor-, mediante el cual se le permitió nuevamente usar los primates Aotus vociferans y Aotus nancymae para sus investigaciones científicas.

Según la revista (colombiana) Semana, «quedó claro que, de acuerdo con numerosos estudios, en especial uno muy extenso que publicó en 2013 el Instituto de Genética de la Universidad Nacional en la Amazonia, los micos Aotus nancymae viven en Colombia desde hace muchos siglos, precisamente en las mismas zonas en las que el Fidic tiene permiso para capturarlos, lo que desvirtuó las denuncias». Antes de este fallo, en 2011, Patarroyo presentó otra vacuna, cuyo rendimiento científico sigue sometido a consideración.

comentarios

Más de Obituarios

tracking