Sor María Rosa de la Cierva (1936-2025)
La monja que defendió con brillantez la Educación católica
Interlocutora de sucesivos gobiernos en materia educativa, su temple sirvió para evitar crisis mayores, a la vez que mantenía firmemente las posiciones eclesiales
María de la Rosa de la Cierva y Hoces
Religiosa
Era hija de hija de Ricardo de La Cierva y Codorniú, asesinado en Paracuellos del Jarama un mes antes de su nacimiento, y hermana de Ricardo de la Cierva, historiador y ministro de Cultura con Adolfo Suárez. Monja del Sagrado Corazón, ejerció cargos de responsabilidad en la Iglesia española entre 1979 y 2013
Pocos meses fueron necesarios tras la histórica victoria el PSOE en octubre de 1982 para que se produjera el primer encontronazo entre el nuevo Gobierno y la jerarquía episcopal española. Estuvo motivado por las divergencias sobre el contenido de los manuales de la asignatura de Religión. En la primavera de 1983, las autoridades eclesiales solicitaron la preceptiva autorización ministerial.
Mas como recuerda en Religión Confidencial José Francisco Serrano Oceja, catedrático de Periodismo en la Universidad San Pablo CEU y autor del recientemente publicado ensayo Iglesia y poder en España, «el ministro [de Educación y Ciencia, José María] Maravall y sus colaboradores no tardaron en advertir dónde se encontraban los puntos más polémicos en los que no estaban dispuestos a ceder. Se condenaba el aborto y se le equiparaba al homicidio y al terrorismo. El Gobierno dio el ‘visto bueno’ para el de Cuarto de Educación General Básica pero no para el resto».
La negociación parecía estancada y la Conferencia Episcopal Española llegó a publicar una nota en la que mantenía su firmeza, recordando que «a la jerarquía eclesiástica corresponde señalar los contenidos de la enseñanza y formación religiosa católica, así como proponer los libros de texto y material didáctico relativo a dichas enseñanzas y formación». Una intervención del mismísimo Felipe González, tras comprobar que los obispos españoles contaban con el pleno apoyo de la Santa Sede, impidió que el incipiente conflicto fuera a más.
Quien llevó el peso de las negociaciones por parte de la Conferencia Episcopal fue sor María Rosa de La Cierva y Hoces, perteneciente a la Congregación del Sagrado Corazón, licenciada en Filosofía y Letras y profesora de Secundaria con más de veinte años de experiencia en diversos colegios en los que también había desempeñado cargos directivos. Desde 1979 prestaba sus servicios en la burocracia eclesial en calidad de directora técnica de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis; anteriormente había sido secretaria general técnica de ese dicasterio.
A través de esa atalaya defendió durante años los intereses educativos católicos en el Consejo Escolar del Estado, al tiempo que asumía labores orgánicas —hasta 2012— en la Universidad Pontificia de Salamanca hasta 2012. Su dimensión polifacética se amplió en 1998, años en que el cardenal Antonio María Rouco Varela la nombró secretaria general de la Provincia Eclesiástica de Madrid, que abarca igualmente a las diócesis sufragáneas de Alcalá de Henares y Getafe.
No es, pues, descabellado considerar a Sor María Rosa como una monja de poder, tanto en su etapa en la Conferencia Episcopal como en la que sirvió en la Archidiócesis de Madrid. Pero un poder que ejercía con temple y mesura: baste decir que ni siquiera en los momentos de máxima tensión con sucesivos gobiernos socialistas, sus interlocutores dejaron de tratarla con respeto. Tampoco se puede olvidar su contribución decisiva para que la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 fuera un éxito.