Hugo «Cholo» Sotil (1949-2024)
Cruyff diseñaba, Sotil remataba
Delantero ágil, contribuyó decisivamente a ganar la Liga de 1974, aunque su carrera entró posteriormente en declive
Hugo Alejandro Sotil Yerén
Futbolista
Tras despuntar el Deportivo Municipal de su país natal, llegó a Barcelona en 1973, donde permaneció cuatro temporadas, logrando la Liga de 1974. Su otro gran trofeo fue la Copa América de 1975, vistiendo la camiseta de la Selección peruana
Corría la primavera de 1974 y el Fútbol Club Barcelona acababa de proclamarse campeón de Liga por primera vez en catorce años, ganando al Sporting de Gijón en su propio campo. Luciendo aún la camiseta azulgrana y las botas, el peruano Hugo Sotil, apodado «Cholo», salió de El Molinón, se metió en la primera cabina telefónica que encontró, estableció conferencia con su país y, cuando en el otro continente descolgó su madre el aparato, le soltó un sonoro «¡Mamita, campeonamos!».
Sotil exhibía un orgullo legítimo: con sus trece goles había contribuido de forma decisiva al triunfo liguero. En las retinas de los aficionados barcelonistas más veteranos permanece el quinto y último tanto al Madrid, con el que coronó la histórica manita en el Bernabéu aquella noche de diciembre de 1973. Lo había marcado de cabeza, pese a rebasar apenas los 170 centímetros de estatura. Delantero rápido, poseedor de una movilidad propia de un reptil, circulaba cómodamente por todas las zonas del área contraria, al tiempo que sabía coordinarse con el resto del equipo.
Un conjunto de habilidades balompédicas que le convirtieron en el complemento idóneo de Johan Cruyff, cerebro de aquel equipo: el neerlandés diseñaba, Sotil remataba; dicho sea, sin relativizar la importancia que tenían en el once jugadores de la talla de Carlos Reixach o Juan Manuel Asensi. El fichaje de Sotil fue, en cierta medida, fruto del azar: el entrenador del Barcelona, el también neerlandés Rinus Michels, había viajado a Perú para hacerse con los servicios de Teófilo Cubillas, la entonces principal gloria del fútbol del país andino. El destino quiso que volviera a Barcelona con Sotil en su equipaje.
Mas la alegría fue de corta duración: en la temporada siguiente a la consecución del título de Liga, Michels, con el apoyo de la directiva barcelonista, prefirió apostar por su compatriota Johan Neeskens como acompañante de Cruyff. Como por entonces los equipos podían alinear a dos jugadores extranjeros, Sotil se pasó un año en blanco a la espera de que le otorgasen un pasaporte español que no terminaba de llegar.
El delantero peruano nunca superó esa marginación, siendo sus posteriores apariciones ocasionales y más bien testimoniales. Tampoco le ayudó su afición a la bebida y sus correrías nocturnas por diversos garitos de la Ciudad Condal. Con todo, obtuvo una última satisfacción: la victoria en la edición de 1975 de la Copa América con la selección peruana. Cubillas fue elegido mejor jugador del torneo, pero Sotil marcó el gol decisivo frente a Colombia. Y sin haber jugado apenas en las eliminatorias ni en la fase final.