Están muy nerviosos
Cometen errores sin cesar y tienen problemas a la hora de sacar la pata que meten. Y las dos facciones del Gobierno están cada día más enfrentadas. Por no hablar de los choques que hay dentro de los comunistas de distintas añadas que hay en el Gobierno
Es ocioso volver a repetir la cascada de fracasos que acumula Sánchez en las últimas semanas. Por mencionar sólo algunas:
- La supuesta resolución del problema del Sahara, donde todo indica que Napoleonchu no supo nada y que la carta se la redactaron a Sánchez desde Rabat y él la firmó a pesar de que el ministro de Asuntos Exteriores era denominado ministro de Asuntos Europeos. Puede que ni se leyese lo que firmó, que sería la opción menos mala. Porque firmar conscientemente una carta en que se hace una referencia a un ministro de tu máxima confianza atribuyéndole un cargo que no existe sería para tirarse por la ventana. Pero aquí no pasa nada. Después de esa carta, de la que no se sacó nada en contrapartida, la llegada de pateras se ha disparado.
- El fracaso en el Consejo Europeo del pasado viernes al no conseguir su objetivo de sacar el gas del cálculo de la factura de la electricidad y presentar como un éxito que se va a hacer un cálculo específico para España y Portugal: es decir, que no estamos a la altura del resto de Europa y encima se felicitan por ello.
- El Consejo de Europa hace público un informe en el que advierte a España que no ha hecho lo suficiente para prevenir la corrupción en nuestro país de la que ese organismo alertó en 2019. Y podríamos seguir haciendo una larga enumeración.
En medio de este disparate infinito, con nuevos episodios cada día y después de la publicación en El Debate de la adjudicación de un contrato del Ministerio de Trabajo para suministrarle productos «de primera» como 4.000 botellas de rioja y 200 kilos de langostinos, ayer supimos que el Ministerio ha cancelado el contrato porque había algún «error en los pliegos». Se agradece tanta precaución por parte de la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Vamos, que es tal el escándalo provocado, que había que dar alguna justificación para retirarlo. Y ese escándalo se ha provocado cuando lo ha publicado El Debate y ha tenido más de un millón de lectores. Porque otros medios se han referido a este mismo contrato sin que tuviera ni la más mínima repercusión. Primero lo hizo Voz Populi y después El Mundo, que citó la información del primero. El escándalo llegó cuando se publicó en El Debate y eso nos llena de orgullo a los que trabajamos en esta casa. Por el acierto en el tratamiento de una información y por tener, con menos de seis meses de vida en esta etapa de El Debate, una repercusión muy superior a la de colegas muy asentados y con muchos años de éxitos profesionales.
Lo que resulta evidente es que desde el Gobierno se están poniendo muy nerviosos. Cometen errores sin cesar y tienen problemas a la hora de sacar la pata que meten. Y las dos facciones del Gobierno están cada día más enfrentadas. Por no hablar de los choques que hay dentro de los comunistas de distintas añadas que hay en el Gobierno. Pero aguantarán. No les quepa duda. Lo único importante es seguir cobrando y el coche oficial. Antes que eso, son capaces de subastar a sus hijos.