De españoles y ritos
En España, en torno al 60 % de la población se declara católica. Aunque el Estado sea aconfesional, la sociedad no tiene por qué serlo; y de hecho no lo es. Por eso las calles se han llenado para anunciar la muerte y la resurrección de Cristo
Todas las religiones supieron, a lo largo de los siglos, a través de sus creadores, profetas o jerarcas, que el rito es necesario para mantener el arcano y, sobre todo, para darle carácter excepcional a lo que es tiempo excepcional. Por eso la Semana Santa, que nos transmite el misterio de la salvación, piedra angular de todo el edificio de nuestra fe católica, se ha sabido recrear por la geografía española en algo único, y en ocasiones de una belleza desbordante. Por eso también, tras dos años de procesiones canceladas, millones de españoles salieron estos siete últimos días a poner de nuevo en valor su fe y sus tradiciones. Y por eso no se puede gobernar contra los pueblos ni contra sus creencias. España es un país en el que la mayoría de la ciudadanía, en torno al 60 %, se declara católica. Y aunque el Estado sea aconfesional, la sociedad no tiene por qué serlo; y de hecho no lo es. Por eso las calles se han llenado de nuevo para entender, celebrar y volver a anunciar la muerte, el dolor y la resurrección de Cristo. Por eso, finalmente, la España real ha superado a la oficialista, envuelta en muchas ocasiones en un encorsetamiento de lo políticamente correcto, que ya solo sirve para celebrar la victoria de tu equipo y hacerse entonces dueño de plazas y calles que algunos han querido sustraer a la secular celebración religiosa que ayer concluyó. Como siempre, la España real, por un lado, y la España política, en las antípodas. Nota final o coda: tampoco entiendo, con todo respeto, que los Reyes no acudiesen, como ya es tradición, a la misa de Resurrección de la catedral de Palma. Los ritos, las tradiciones, hacen a los pueblos. Si a la Monarquía también la despojas de eso… Además, esos mismos rituales mejoran los días y los hacen especiales. Mal consejo y mal consejero quien haya recomendado a la Familia Real no acudir ayer a misa.