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HorizonteRamón Pérez-Maura

Ignorantes y sectarios

Está claro que esto no es para reivindicar la concordia, es para imponer el mayor de los sectarismos: hay asesinados a los que se puede recordar, pero si te asesinó el PSOE, bien muerto estás

Actualizada 02:24

Desde que Sánchez llegó a la Moncloa, por medio del golpe parlamentario de junio de 2018 con la coalición Frankenstein, la idea de que esta pandilla de iletrados está encantada de exhibir una ignorancia que se traduce en sectarismo se ha confirmado. El pasado lunes conocimos los 33 títulos y grandezas del Reino que el Gobierno ha pactado con sus socios suprimir. Se trata sin duda de que sigamos hablando de Franco y no de los problemas que afronta España en este momento.

Poner en los dos primeros lugares de la lista dos títulos concedidos en memoria de sendas personalidades que murieron a manos de los partidos republicanos, es de una falta de respeto a la Verdad difícilmente igualable. José Antonio Primo de Rivera fue fusilado el 20 de noviembre de 1936 por un «comité de Orden Público» republicano. Así que encima de quitarle la vida, ahora quieren borrar su memoria. Pero es peor todavía el caso de José Calvo Sotelo, porque no sólo fue asesinado por militantes de este mismo PSOE que nos gobierna hoy. Lo fue antes de que Franco se sublevara en Melilla el 17 de julio. Pero como su asesinato fue el desencadenante de la guerra, también hay que evitar su memoria. Está claro que esto no es para reivindicar la concordia, es para imponer el mayor de los sectarismos: hay asesinados a los que se puede recordar, pero si te asesinó el PSOE, bien muerto estás.

Es cierto que se han tenido que retractar sobre algunos de los títulos nobiliarios que aparecieron en sus primeros borradores y yo me alegro por los titulares de los mismos, aunque confieso que no sé si me sentiría orgulloso de emplear una dignidad que ha sido favorecida por esta gentuza. Sin duda el más difícil de justificar a la hora de explicar su supresión era el marquesado de Ramón y Cajal. Parece evidente que nuestro premio Nobel fue bastante poco franquista. Más que nada porque murió en 1934. Y tampoco fue políticamente afín a nada que Franco reivindicara. Don Santiago fue, simplemente una gloria de la ciencia universal. Supongo que por eso se han retractado. En cambio, su sectarismo se ha mantenido con igual grado de infamia en el caso del condado del Alcázar de Toledo que se otorgó al general Moscardó por su defensa de la plaza toledana, que se negó a rendir ni bajo el chantaje del asesinato de su hijo. Como es lógico, de eso tampoco conviene que se hable y pretenden borrarlo. Ningún chantajista suele exhibir su comportamiento.

Tampoco está mal haber retirado el condado de la Cierva otorgado en 1954 a la memoria de don Juan de la Cierva y Codorniú, inventor del autogiro, fallecido en 1937 en accidente aéreo en Croydon, al sur de Londres. Juan de la Cierva ya sufrió de este Gobierno la supresión del Premio Nacional de Investigación que llevaba su nombre. Como bien ha dicho su nieta Ana de la Cierva «la culpa la tiene mi abuelo por no haber inventado el autogiro a partir de 1983». Si es que don Juan era un precipitado.

En todo caso veremos si el proyecto no va a peor cuando pase por el Senado. La experiencia nos enseña que la frágil mayoría del Gobierno suele llevar a que, en esa segunda vuelta en la Cámara Alta, partidos como ERC saquen nuevas concesiones a la radicalidad y hagan que los textos sean todavía peores para el bien común.

Como es sabido, la extensión del periodo sobre el que se iba a alterar la verdad histórica se extendió hasta la aprobación de la Constitución y su entrada en vigor el 28 de diciembre de 1978. Eso tenía un doble efecto: se cuestionaba todavía más la legitimidad con la que se puso en marcha la Transición y se redactó la Constitución y permitía suprimir el ducado de Franco sin contemplaciones. Así se hace en la nueva ley.

Pero aquí han llegado un paso más allá del ridículo y entre las 33 dignidades suprimidas aparece el condado de Fenosa que, efectivamente, el general Franco otorgó a don Pedro Barrié de la Maza en 1955. Como son unos ignorantes, no se han molestado en averiguar que el 28 de septiembre de 2001, siendo Monarca plenamente constitucional, Don Juan Carlos declaró el título como perpetuo. Es decir, no está afectado de ninguna manera por las disposiciones de esta ley porque su concesión a doña Carmela Arias fue, a estos efectos, de nueva planta. Como además de ignorantes y sectarios son unos incompetentes, acabarán en los tribunales y perderán. Pagaremos el proceso los españolitos de a pie y ya nadie recordará de qué se trataba cuando la justicia lo resuelva.

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