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HorizonteRamón Pérez-Maura

Consejo (como de amigo) a Puigdemont

Por su mejor interés tome el primer vuelo regular disponible –tampoco se trata de seguir desplumando a sus acaudalados seguidores y tomar un vuelo privado–, preséntese en la Audiencia Nacional en Madrid y entréguese a la Justicia española. Le va a ir mucho mejor que si sigue en Bélgica

Actualizada 02:05

La doctrina de la Santa Madre Iglesia, que abrazamos libremente y sin que nadie nos coaccione para ello, nos enseña que el perdón es un elemento fundamental de nuestra Fe. Pero también lo es el ayudar a abandonar el pecado a quien yace en él. Esto último es lo más difícil de conseguir, pues requiere convencer al pecador de que abandone aquellas faltas por medio de las cuales está disfrutando de esta vida.

A la vista de lo que hemos conocido en las últimas horas, yo quiero dar hoy un consejo, lleno de la mejor voluntad, al (según la legalidad vigente) Molt Honorable (y fugado) President Carles Puigdemont. Por su mejor interés tome el primer vuelo regular disponible –tampoco se trata de seguir desplumando a sus acaudalados seguidores y tomar un vuelo privado–, preséntese en la Audiencia Nacional en Madrid y entréguese a la Justicia española. Le va a ir mucho mejor que si sigue en Bélgica.

Como es sabido, el abogado general de la Unión Europea, Richard de la Tour, una suerte de fiscal general, dictaminó ayer que un consejero de Cultura del gobierno de Puigdemont, Lluís Puig, debe ser entregado a España porque el amparo que le ha dado la Justicia en Bélgica no se justifica: «Una autoridad judicial no puede denegar la ejecución de una orden de detención europea basándose en el riesgo de vulneración del derecho a un proceso equitativo de la persona reclamada si no se demuestra la existencia de deficiencias sistémicas o generalizadas que afecten al sistema judicial del Estado miembro emisor» y esas deficiencias no existen en España. Válgame Dios lo que dice la Justicia Europea de la que los independentistas catalanes presentan como justicia de un régimen dictatorial. Así que Puig puede ir haciendo las maletas. Y Puigdemont intentará conseguir que el Parlamento Europeo avale una inmunidad que, créame señor Puigdemont, tiene pocas posibilidades de conseguir. Ni aunque el PSOE diera la batalla por usted en el Parlamento Europeo. La decisión sobre la inmunidad va a ser puramente política, no jurídica, y la eurocámara tiene una presidenta, la maltesa Roberta Metsola, que es miembro del Partido Popular Europeo y está en plena sintonía con el PP español.

El abogado general ha tomado claro partido por las tesis del juez Llarena y las instituciones y los tribunales europeos muy rara vez proceden o sentencian contra las tesis de la que podríamos llamar fiscalía europea. Así que mi consejo, Molt Honorable President (fugado), es que vuelva a España cuanto antes, sin poner la más mínima traba al proceso, y se someta a juicio a la brevedad posible. Ya sabe usted que la Justicia española es lenta, y, como decía el gran abogado Rodrigo Uría, «la justicia lenta es injusta». Por eso le conviene someterse cuanto antes, porque si consigue una condena en el plazo, digamos de un año, todavía le da tiempo a que los partidos catalanes de los que depende Pedro Sánchez exijan al presidente un indulto como el que otorgó a todos sus cómplices en el golpe de Estado de 2017. Los que nunca huyeron de la Justicia. Imagínese, unos poquitos meses en una prisión catalana, con la Generalidad enviándole todos los días comida de algún restaurante tres estrellas Michelin, y antes de que llegue al poder Alberto Núñez Feijóo, incluso la víspera, como suelen hacer los presidentes norteamericanos con delincuentes que les han financiado sus campañas, es usted indultado y ya nadie podrá hacer nada contra usted. Hágame caso presidente. Le doy el consejo gratis y sin esperar que me lo agradezca usted. Créame.

Mucho ánimo, presidente. Es que se las ponen como a Fernando VII…

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