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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Qatar

Lo único que tiene es dinero, y creo que los estados que han construido son maravillosos, dejando siempre un paso para facilitar los desplazamientos de las caravanas de dromedarios

Actualizada 01:34

El señor Blatter, presidente de la FIFA cuando se acordó designar a Qatar, el paraíso nacional de Xavi Hernández, sede del Mundial de Fútbol, reconoce ahora que aquella decisión fue un grave error. «Nos equivocamos». Está bien, ¿Y el dinero? Porque detrás de aquel monumental error volaron sin ser vistos ágiles sobres con petrodólares, algunos de los cuales aterrizaron en desahogados bolsillos de directivos del fútbol mundial. Blatter acusa a Platini de ser el máximo responsable de la absurda elección. Creo yo, desde mi infinita humildad y modestia – jamás he sido presidente de nada-, que el máximo responsable de los aciertos y los desaciertos en cualquier asociación o empresa, es el presidente, más aún, si actúa como presidente ejecutivo. Para suavizar las tensiones, el embajador del mundial, Khalid Salman, ha advertido que todos los visitantes a su país están obligados a someterse a sus leyes. «La homosexualidad es un daño mental y su práctica está rigurosamente prohibida en Qatar». Si yo fuera Rubiales, que a Dios gracias no es el caso, retiraría a la Selección de España de este Mundial por respeto al movimiento LGTBI, pero no estimo posibilidades de que lo haga. Por respeto, y por evitar riesgos al ministro de Cultura y Deportes, señor Iceta, que, por lógica, tendrá que presentarse en Qatar para asistir a uno cualquiera de los partidos que dispute la Selección de España. Seamos o no partidarios o detractores de su persona, muchos nos sentiríamos descorazonados, si por un momento de debilidad, nuestro ministro bailarín terminara en una comisaría, y llevado en presencia de un juez con turbante después de ser sorprendido por la policía catarí moviendo frenéticamente la peonza celebrando en una fiesta privada de Rubiales un triunfo español.

Qatar no representa nada respetable en el fútbol mundial. Lo único que tiene es dinero, y creo que los estados que han construido son maravillosos, dejando siempre un paso para facilitar los desplazamientos de las caravanas de dromedarios. Sucedió en un taxi en Madrid, y el taxista tuvo que acudir ante el juez denunciado por el cliente. Por fortuna, su Señoría tenía sentido del humor y archivó la causa. En La Castellana esquina con Martínez Campos, un viandante alzó un brazo para detener al taxi, y le pidió al conductor que le llevara al Palacio de Santa Cruz, sede del ministerio de Asuntos Exteriores. El taxista oía la radio, una emisora musical, que en ese momento difundía una canción de Shakira, cuando era todavía señora de Piqué. El cliente, diplomático catarí, le ordenó que apagara la radio. – Es una música pecaminosa y maligna, como todas las canciones occidentales-, El taxista obedeció. Pero su obediencia apenas duró veinte segundos. En el primer semáforo, el taxista abandonó el volante, abrió la puerta trasera del coche e informó al diplomático catarí que el trayecto había terminado. -No le cobro nada, pero le ruego que salga de mi taxi. Detenga a otro para que le lleve hasta su destino. Y si no encuentra a otro taxi libre, aguarde en la acera de la derecha, sitúese a la sombra, bajo ese árbol tan frondoso, y espere que pase algún dromedario con el cartel de «libre» colgado de sus orejas. Me gusta mucho Shakira y me dispongo a encender la radio y ponerla a todo meter”.

Actuó de acuerdo con sus costumbres y las de Madrid. Libertad musical. En Qatar probablemente los visitantes homosexuales que caigan en la tentación del desahogo pasional, no tendrán un castigo tan leve como el del taxista madrileño al diplomático catarí. Allí encierran a los homosexuales, y gustan de azotarlos, y si son reincidentes, pueden pasar veinte años en las santas cárceles de Alá y de Mahoma, que era su Profeta.

Por ello, una nación libre, abierta y desarrollada como es España, no debe acudir a competiciones organizadas por Estados medievales que no respeten plenamente la homosexualidad.

España debe retirarse de esa competición devaluada. Y así, nos libramos del tostón. Creo, que por esta vez, Irene Montero y los podemitas estarán de acuerdo con mi propuesta. Porque también están castigados el lesbianismo y el movimiento Trans. Anda, Irene, sea usted valiente.

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