¿Quién amenaza la democracia, Trump o Pedro Sánchez?
Pedro Sánchez es socialista, y según la corrección política dominante, los peligros para la democracia suelen ser de derechas. De ahí también la diferente vara de medir para el asalto al Capitolio y los «rodea el Congreso» en España
Si hacemos esa pregunta en España, el nombre de Pedro Sánchez saldrá en muchas respuestas, tras tantos ataques al Estado de derecho, ahora sus pactos con golpistas para eliminar el delito por el que fueron condenados. Pero no nos engañemos, incluso en España, es probable que gane Trump en la encuesta, y eso que no gobierna, ni en Estados Unidos ni aquí. Porque hay una cultura política mayoritaria propia de todas las democracias occidentales con un acusado sesgo izquierdista que ve peligros para la democracia cuando el autor de los desmanes es Trump, Orbán o Bolsonaro, pero no cuando lo es Pedro Sánchez, Yolanda Díaz o Pablo Iglesias.
De ahí que Pedro Sánchez tenga el atrevimiento de presentarse como defensor de la democracia frente a los extremismos, sin que haya un estallido general de carcajadas, sino más bien un buen puñado de ciudadanos dispuestos todavía a votarle. Esa cultura política dominante le protege y le ampara. Es la que explica lo que ha pasado en los medios de comunicación tras las elecciones de noviembre en Estados Unidos, y no me refiero a los más cercanos a los republicanos, que son pocos, sino a los que se presentan como referentes del centrismo y el sentido común, como el campeón de la corrección política que es Financial Times. La semana pasada publicaba un duro editorial contra los republicanos en el que sostenía que sus mediocres resultados significan un respiro para la democracia, dadas las graves amenazas que supone Trump. Claro que después acababa afirmando que tampoco le gusta Ron DeSantis y su «conservadurismo autoritario y de guerras culturales». Y por si no había quedado claro, el jueves FT publicó otro editorial afirmando que «Trump es un peligro para la democracia».
No es difícil predecir que, por supuesto, Financial Times no publicará un editorial semejante cuando Pedro Sánchez pierda las elecciones en España, expresando alivio por el adiós de un Gobierno de coalición entre socialistas y extrema izquierda y sostenido en pactos con líderes golpistas. Y no porque España sea un país internacionalmente menos relevante que Estados Unidos, sino porque Pedro Sánchez es socialista, y según la corrección política dominante, los peligros para la democracia suelen ser de derechas. De ahí también la diferente vara de medir para el asalto al Capitolio y los «rodea el Congreso» en España o el golpe independentista en Cataluña, o el radicalismo de Trump y el radicalismo de la cultura de la cancelación apoyada por una buena parte de los demócratas.
Sostienen muchos, y con razón, que el PP gana elecciones en España con su marca de eficacia y gestión, con su apuesta por dar prioridad a la economía y a las preocupaciones de los ciudadanos sobre el bienestar. Mientras que el PSOE puede ganarlas, por ejemplo, en 2019, a pesar de la buena gestión del PP, a partir de una moción de censura y un discurso basados en la mentira de que el PSOE es un partido honrado frente a un corrupto PP. O en 2004, también a pesar de la buena gestión del PP, agitando el miedo al terrorismo islamista y la supuesta responsabilidad de la política internacional de Aznar. Es el sesgo en la cultura política que lastra a la derecha, que afecta al debate político en todas las democracias y que es tan difícil de cambiar.