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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Merecido premio

Carmen Calvo, acompañada de Carmen Calvo, acudió a Valladolid a recibir de manos del alcalde vallisoletano, el Premio Carmen Calvo

Actualizada 01:30

En España, en los años 60 del pasado siglo, abundaban los poetas especializados en los Juegos Florales. En muchos pueblos, con motivo de sus fiestas patronales, se elegía a una reina y los poetas competían con sus rapsodias para obtener la codiciada «Rosa de Oro».

A muchos Juegos Florales acudía el poeta Manuel Ángel Marrodán, que poseía una capacidad creativa rimada asombrosa. Era a la poesía lo que el periodista Basilio Gassent a la prosa. Así lo recuerda Jaime Campmany en su «Jardín de las Víboras».

Este Basilio Gassent
​Cuando hace una adaptación,
​No es que la haga mal o bien,
​Sino que en un santiamén
​El pedazo de cabrón
​Llega a la página cien.

En el sector poético, el juglar más prolífico era Marrodán, que enviaba por correo y contrareembolso los libros dedicados a sus amigos.

¡Carajo! – dijo el cartero,
¡Tres libros de Marrodán
Y estamos a dos de enero!

En una importante localidad de la provincia de Segovia, el señor alcalde convocó los Juegos Florales. Había sido elegida «Reina de los Juegos» su hija menor, Fuensanta, y participaba como poetisa emergente su hija mayor, María Dolores. Ganó la «Rosa de Oro» María Dolores, que lloró emocionada cuando el Jurado, presidido por su padre, le concedió el premio. Es decir, que aquella noche, el hogar del señor alcalde se enriqueció con la presencia de una reina, la «Rosa de Oro», una joven poetisa triunfadora y las 15.000 pesetas correspondientes a la dotación del premio. Fue una noche feliz e inolvidable.

Pero la sospechosa influencia de aquel alcalde ha quedado ampliamente superada.

Días atrás, Carmen Calvo, acompañada de Carmen Calvo, acudió a Valladolid a recibir de manos del alcalde vallisoletano, el Premio Carmen Calvo. Conocida la humildad y modestia de la ganadora del Premio Carmen Calvo, Carmen Calvo se limitó a invitar a su mejor amiga, Carmen Calvo, a viajar hasta Valladolid. Sus palabras de gratitud, cuando recibió la estatuilla del Premio Carmen Calvo, emocionaron sobremanera al presumible alcalde de Pucela, apellidado Puente. «Gracias, señor Alcalde, por haberme concedido el Premio Carmen Calvo, esa mujer que tanto ha contribuido a mi formación política. Como ganadora, yo, Carmen Calvo, deseo haceros llegar, señor alcalde, mi gratitud eterna por haberme premiado a mí, modesta Carmen Calvo, con este galardón que lleva el nombre de mi ejemplo femenino y feminista más importante, es decir, el nombre de Carmen Calvo. No soy mitómana, pero en este caso, la justicia y la voluntad democrática se han unido, porque nada puede ilusionarme más, como Carmen Calvo, que recibir este merecido Premio Carmen Calvo que me habéis concedido. Y no puedo seguir, porque me afloran las lágrimas de la emoción y no soy partidaria de los sollozos en público. Gracias, gracias, gracias, señor alcalde, por entregarme el Premio Carmen Calvo, a mi humilde persona, qué casualidad, que se llama también Carmen Calvo».

Ovación atronadora. Merecidísimo premio. Mi enhorabuena a Carmen Calvo.

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