De los días de...

En mi casa no se celebra ningún «Día de…» Hay días sagrados y tradicionales vinculados al cristianismo que celebramos todos. Nochebuena, Navidad, Reyes, La Inmaculada, el Pilar, Santiago, los de la Semana Santa, el día de la Virgen –15 de agosto–, y familiarmente el 18 de junio, San Ciriaco. Una absurda tradición de la familia Ussía. Todos llevamos, hombres y mujeres, el nombre de Ciriaco en tercer lugar desde cuatro o cinco generaciones atrás. Alguno de los antepasados extendió el rumor de que los Ussía que no se llamaran Ciriaco terminarían siendo tontos, y hemos sido tan tontos que nos lo hemos creído. Como en todas las familias, hay listos y tontos, entre ellos mi pariente Andrés Ussía –Andresito–, que ya ha superado los sesenta años de edad y sigue preguntando si el Jueves y el Viernes Santo caen en lunes y martes, para así tener más días de vacaciones. De vacaciones no sé para qué, porque no ha trabajado nunca, y su única exigencia laboral, impuesta a sí mismo, es la de mantener en perfecto estado de uso su instalación de trenes eléctricos que ocupa más de la mitad de su casa. También se llama Ciriaco. Y si se estropea el pito o bocina de alguna locomotora, imita a la perfección el sonido, y se lo pasa bomba. Y le encantan las chuches.

Pero no celebramos los «Días de…» empezando por el Día de la Madre y el Día del Padre. Todo principió con el «Día de la Madre», gran invento comercial de Pepín Fernández, propietario de Galerías Preciados. Ramón Areces, desde El Corte Inglés se sumó a la fiesta, y así hasta hoy. Siguieron con el Día de los Enamorados, el Día de la Mujer Trabajadora, el Día de la Bicicleta y el Día de las Ardillas Cariacontecidas. En España, hoy tendría un gran éxito el «Día del Tonto del Culo» que podría coincidir con el día de San Alberto, Santa Irene, Santa Yolanda, Santa Mónica, Santa Soraya o Santa Pam, siempre que la última haya existido. Hoy, día de San José, se celebra simultáneamente el «Día del Padre», y cada vez que alguien me felicita por ello, me invade un ataque de alipori que no puedo con él. Y en el futuro, si seguimos en las mismas manos, se instaurarán nuevos «Días de» a festejar. «El Día de los Violadores Liberados», el «Día de las Atletas transexuales», «El Día del Político Consecuente» –de muy menguada celebración–, y «El Día del Marica a la Antigua Usanza» que competirá con el «Día de los LGTBI». Y quizá se imponga el Día del Lobo Sanguinario prohibiendo a los ganaderos y pastores que se celebre el Día del Ganado Exterminado por los Lobos, porque no entra en el espíritu de la Agenda 2030. Y no dejemos en el olvido el «Dia del Senderista Sudoroso y Quemamontes con Barbacoas» siempre que sus participantes porten obligatoriamente pantalones pirata, chancletas con dedos a la vista, camiseta con la efigie del asesino de gays y gran hijoputa el Che Guevara –que en paz no descanse–, y gorrilla morada para cubrirse del radiante sol.

Porque todos los días son días de alguna chorrada, y puestos a ello, es muy sencillo dotar al calendario de días contradictorios. Por ejemplo, el día de San Pedro y San Pablo «El Día del Avión y el chalé con piscina», que nada tienen que ver el uno con el otro, pero puestos al análisis profundo, se le puede encontrar en la contradicción un nexo de unión indiscutible.

Y el Día del Árbitro Comprado. Día autonómico. Podría coincidir con el Día de «Sant Jordi», para completar la hondura sentimental de la fiesta.

Hoy, 20 de marzo, no hay «Día de». Se trata pues, de una jornada rebosada de dignidad y buen gusto.