De asesinos a fraude electoral: PSOE sin pudor
La sentencia de dos años de cárcel y dos años y medio de inhabilitación fue ratificada por el Supremo en febrero de 2021. Éste es Mustafá Aberchán, el socio de gobierno del PSOE en Melilla
Es difícil que en una campaña te salgan tantos muertos del armario como los que se está encontrando en ésta el PSOE. Primero lo candidatos etarras en las listas del socio del Gobierno de Sánchez que se hace llamar EHBildu. Durante días intentaron guardar silencio a ver si aquello se evaporaba. La callada fue inútil y el daño ha sido severo.
Cuando ante un tema de gran polémica que te afecta directamente, tu estrategia es mirar para otro lado, es que estás muy desesperado por no poder justificar tus posiciones. En el enorme escándalo del voto por correo promovido por Coalición por Melilla el PSOE se ha escondido detrás de la cortina, como le gusta hacer a Sánchez con las urnas llenas de votos antes de que éstos hayan sido emitidos. Porque de lo que el PSOE intenta que no se hable ahora es de cómo gobierna en Melilla con Coalición por Melilla, el partido que está siendo investigado por el voto por correo fraudulento. Los ocho diputados de CpM y los cuatro del PSOE colocaron en la Presidencia en 2019 al único diputado de Ciudadanos, Eduardo de Castro. La gestión de este personaje ha sido tan notable con las compañías que ha tenido en el Gobierno que el 30 de marzo de 2021 Ciudadanos lo expulsó de la formación por ocultar su imputación en irregularidades sobre las adjudicaciones de contratos públicos. Y no es que Ciudadanos estuviera sobrado de militantes en altos cargos…
Cuando el PSOE pactó con CpM para echar a Juan José Imbroda de la Presidencia de la ciudad autónoma, sabía perfectamente cuál era el historial de este partido. Su fundador y presidente, Mustafá Aberchán, fue procesado por dos delitos electorales y un delito continuado de estafa en una trama de compra de votos por correo en las elecciones al Senado en 2008. Finalmente fue condenado en noviembre de 2018, lo que impidió su candidatura en las elecciones de 2019. Pero no fue óbice para la coalición postelectoral del PSOE con el partido del corrupto Aberchán. La sentencia de dos años de cárcel y dos años y medio de inhabilitación fue ratificada por el Supremo en febrero de 2021. Éste es el socio de gobierno del PSOE en Melilla. Un hombre que comanda un partido con más que probables vínculos al otro lado de la frontera. Algunos colegas apuntan a que directamente con los servicios de inteligencia marroquí, lo que equivaldría meter al Rey Mohamed VI en el embrollo. Una personalidad de la que me fío plenamente, muy asentada en Melilla y con la mejor información me asegura que los vínculos se mueven más en el entorno del narcotráfico y de algunos empresarios de otros sectores. No con el Gobierno marroquí.
Así que en esta campaña hemos visto cómo el partido sanchista no quiere renegar de sus vínculos con Bildu. Que ya es tener entusiasmo. Con lo mucho que miente Sánchez, ¿qué le hubiera costado decir que no volvería a gobernar con Bildu si en el pasado había repetido veinte veces que nunca lo haría y todos le hemos visto hacerlo? Con lo fácil que es mentir y el nulo coste político que tiene para él. Ahora tienen el bochorno de Melilla, su alianza con un partido que, como EHBildu, quiere romper España y unir Melilla a Marruecos, que es un partido que en el pasado fue condenado por fraude electoral y ahora tiene a varios de sus miembros investigados por lo mismo tras pasar horas detenidos. La selección de aliados electorales que está haciendo el PSOE no puede ser más reveladora. Aunque después de lo visto en Mojácar, con dos candidatos del PSOE detenidos por manipular también el voto por correo, sólo cabe concluir que Dios los cría y ellos se juntan. Sin pudor.