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HorizonteRamón Pérez-Maura

Suicidarse en Cataluña

La división del centroderecha constitucional puede hacer que en Barcelona ese espacio político sume casi el 20 por ciento de los votos, pero consiga sólo el 12 por ciento de los concejales. Sólo les falta ponerse una pistola en la sien y disparar

Actualizada 01:30

Es sabido que en Cataluña se ha logrado una mayor pacificación de la vida política gracias a que el actual Gobierno de la nación ha hecho todas las cesiones que le han reclamado sus socios independentistas, incluyendo amnistiarles y reformar la legislación en su beneficio. El entorno del Gobierno parece encantado con el resultado y efectivamente se percibe mucha menos tensión. Se están reservando para volver a la agresión si en enero hay en España un Gobierno de centroderecha. En ese minuto, la paz social se evaporará.

Entre tanto tenemos las elecciones municipales dentro de nueve días y la encuesta del Ayuntamiento de Barcelona que publica El Debate es muy reveladora.

Por una parte, están los tres partidos que se disputan la victoria en un margen de 2,8 puntos porcentuales. Considerando que el margen de error muestral es de más o menos 3,46 por ciento, la realidad es que puede ganar cualquiera de ellos. El orden de preferencia en este momento sería PSOE, Barcelona en Comú y Junts. Que después de la catastrófica gestión de estos últimos cuatro años Ada Colau tenga la expectativa de mantener íntegro el porcentaje de voto de 2019 es una manifestación muy clara de la gravedad de la enfermedad que afecta a una quinta parte del electorado barcelonés.

Pero lo que a mí me parece más revelador es que el porcentaje de voto que se atribuye al centroderecha constitucionalista es exactamente el mismo que logró hace cuatro años: el 19,4 por ciento de los votos. Pero al presentarse cuatro formaciones frente a las tres que concurrieron entonces se rebajaría la representación de 8 concejales a 5-6. Hace cuatro años concurrieron Ciudadanos que consiguió un 13,2 por ciento de los votos y 6 concejales, el PP que consiguió el 5 por ciento –mínimo para entrar– y dos concejales y Vox que logró el 1,2 por ciento. En estas elecciones se presenta una nueva formación de ese ámbito político: Valents. Las expectativas son que Ciudadanos va a tener el mayor derrumbe de la representación en el ayuntamiento quedándose sin concejales y Valents no llegará al 2 por ciento. La encuesta solo parece asegurar la representación del PP que con 9,3 por ciento de los votos lograría 4 o 5 concejales. Y queda pendiente de un hilo si entrará Vox que estaría en un 5 por ciento y lograría dos concejales si supera esa barrera.

Es decir, la división del centroderecha constitucional puede hacer que en Barcelona ese espacio político sume casi el 20 por ciento de los votos, pero consiga sólo el 12 por ciento de los concejales. Sólo les falta ponerse una pistola en la sien y disparar. En España hay precedentes de coaliciones de constitucionalistas frente a independentistas. Ya en la Transición UCD y AP concurrieron juntos en el País Vasco. En Cataluña no hay violencia física como la había allí. Pero sí hay una hoja de ruta para acabar con la unidad de España. Y frente a eso no se pueden presentar divididos en cuatro partidos. Porque eso es suicidarse.

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