¿Cuánto vale España?
Lo inquietante es que Sánchez, un aventurero sin escrúpulos, está dispuesto a vender nuestro país atendiendo reivindicaciones de Bildu, algunas de las cuales, como ya reconocieron, irán por debajo de la mesa, en privado
¿Se imaginaban ustedes, allá por 2010, en los estertores del zapaterismo, que podrían ocurrir todos los hechos que han acontecido desde entonces hasta ahora? Un Gobierno de izquierda extrema en coalición con los comunistas, el apoyo a ese Gobierno de filoterroristas y golpistas, el asedio a la Corona, la aparición y desaparición de partidos de distinto linaje, una crisis económica que estuvo a punto de hacer quebrar al país y una pandemia que en España se gestionó peor que en ningún otro lugar de Europa y supuso la muerte de más de cien mil ciudadanos. Y ahora unas elecciones que gana el PP, pero al que le niegan su legitimidad para formar Gobierno, mientras uno de los perdedores se apoya en todos los enemigos de España. Unos posibles aliados cuyas pretensiones van directamente contra la línea de flotación de la unión del conjunto del país, la nación más antigua de la Europa contemporánea. Pues imagínense ahora cómo pueden ser los años que restan de aquí a 2030.
Lo inquietante es que Sánchez, un aventurero sin escrúpulos al que le da lo mismo lo que le ocurra a España y a sus habitantes, está dispuesto a vender nuestro país atendiendo reivindicaciones de Bildu, algunas de las cuales, como ya reconocieron los bilduetarras, irán por debajo de la mesa, en privado. En público ya han dicho que van a exigir la supresión de la Ley de Secretos Oficiales y que se avance en una nueva Ley de Memoria Democrática. Ambas iniciativas están orientadas a reescribir la historia del terrorismo etarra. ¿Habrá mayor indignidad en este momento en un gobernante español? Cuenten con que Sánchez cederá en eso y en lo que haga falta, ya que tanto él como la lideresa de Sumar mantienen que el centralismo es cosa del pasado. Y tan del pasado, si España es el país más descentralizado de toda Europa. Otra cosa bien distinta es venderla como va a intentar hacer el presidente de Gobierno más inculto, más amoral, más inescrupuloso y más desleal con el pueblo que hemos tenido desde la Guerra Civil hasta nuestros días.
Mañana hablaremos del dinero público –que es de todos nosotros–, de que hemos pagado impuestos año tras año, y que ahora Sánchez y su indigente intelectual ministra de Hacienda quieren regalarlo a las comunidades autónomas, volviendo a poner en peligro el equilibrio fiscal de España. Condonar la deuda de más de ochenta mil millones de euros a Cataluña formará parte de ese gran disparate en el que se ha convertido la política española.