Don Cicuta
Según Yolanda Díaz, nuestra infortunada Reina, mochales por amor del chulo belga Felipe el Hermoso, falleció entre llamaradas en una hoguera
El independentista catalán, Ernesto Urtasun, ministro de Cultura recomendado por la independentista gallega Yolanda Díaz, se ha propuesto «descolonizar» los grandes museos españoles. Nadie ha entendido su propósito. En el Museo del Prado, por ejemplo, no encuentran ninguna obra de arte merecedora de la «descolonización» que propone el ministro catalanista. Quizá, su intención no es otra que la del despiste con el fin de descolonizar las fortunas amasadas por una buena parte de la alta burguesía barcelonesa con sus negocios de tráfico de esclavos, entre los siglos XVIII y los primeros llantos del XX. Este altivo tontorrón se enfrenta, ahora de verdad, con la gente de la Cultura, que no son los cineastas gorrones. Historiadores, filósofos, directores de museos, catedráticos, críticos de arte, exministros de Cultura y académicos de Bellas Artes han manifestado su estupor por la medida anunciada por el vanidoso individuo. El que fuera ministro de Cultura con Zapatero, el escritor César Antonio de Molina, ha emitido su certera opinión al respecto. «Este señorito de Barcelona quiere incendiar los museos». Entre los objetivos del señorito independentista de Barcelona está la devolución del Tesoro Quimbaya, y la arqueóloga Alicia Perea, experta en ese tesoro, ha recordado que fue un regalo voluntario de Colombia. En América, los museos están abarrotados de obras de arte españolas, y España, lógicamente, no las ha reclamado. Para el historiador Cesáreo Jarabo, preguntado por ABC, «la descolonización de Urtasun es un nuevo paso para desprestigiar España», y el historiador Esteban Mira, en el mismo medio, recuerda que «los museos españoles son de los pocos museos existentes en el mundo sin fondos ni obras rapiñadas». Los gobernantes madrileños van más allá. Según ellos, el proyecto de Urtasun es un intento desesperado de evitar la oferta de Arte de la Capital de España, infinitamente más atractiva y valiosa que la expuesta en la ciudad donde nació el señorito. Urtasun no es un analfabeto. Tiene una licenciatura universitaria e ingresó por oposiciones en la carrera diplomática. Pero ello no garantiza ni sabiduría ni inteligencia «Quod natura non dat, Salamantica non praestat». Es decir, que la universidad no le puede dar a nadie lo que le negó la naturaleza.
Me figuro que la oposición que se encontrará el señorito de Barcelona que se ha propuesto incendiar los museos será tan fuerte y férrea, que su proyecto terminará en un vertedero público. Lo que sí se me antoja acertado, y en ese detalle el ministro demuestra que alguna luz cerebral se mantiene encendida en su cabeza, es su intención de contratar a don Cicuta para poner orden en los resbalones culturales de sus compañeros de Gobierno. «In vídeo veritas». Su protectora, Yolanda Díaz, en un programa de televisión, ha confundido a la heroína francesa Juana de Arco con la Reina española Juana la Loca. Según Yolanda Díaz, nuestra infortunada Reina, mochales por amor del chulo belga Felipe el Hermoso, falleció entre llamaradas en una hoguera. Felipe el Hermoso, que dobló la servilleta con anterioridad a su mujer, a pesar de ser belga no habría cometido con su esposa, hija de Fernando de Aragón y de Isabel de Castilla, semejante barbaridad. Ello determina que Juana de Arco es pues, la madre del Emperador Carlos I y abuela paterna de Felipe II. Si Yolanda Díaz, esa señorita de Fene, lo asegura, la razón estará de su parte.
Es lo que hay.