Pirauchos y aviones
Puma y Falcon para Sánchez. Pirauchos de 3 metros a la Guardia Civil para combatir el narcotráfico en la zona del Estrecho, dotado de una impresionante flota de Lanchas
¡Viva honrada la Guardia Civil!
Pirauchos de héroes. Avión en Valladolid.
Dos guardias civiles asesinados por los narcotraficantes en Barbate. Un tercero mutilado. Para combatir el narcotráfico costero, por falta de presupuesto, los guardias civiles embarcan en pirauchos de 3 metros. Los narcos en lanchas de 15 metros con motores de 300 cv. Una lancha de los delincuentes abordó a un piraucho de la Guardia Civil y dos héroes fallecieron, don David Pérez Carracedo, barcelonés y perteniente al GAR con base en la Comandancia de Navarra. Dos hijos de 9 y 7 años. Y don Miguel Ángel González, de San Fernando, con anterioridad Infante de Marina, con destino en Algeciras y una hija de 12 años.
Se hallaban de cuerpo presente mientras en Valladolid se celebraba la gran fiesta de los subvencionados del cine. El presidente Sánchez voló de Madrid a Valladolid en un helicóptero Superpuma para evitar los tractores de la indignación agraria. Los tractores no vuelan. Después de abrazar a Almodóvar y Penelope Cruz, exigió –sobra el presupuesto– que un Falcon despegara de Madrid hasta Valladolid para su retorno. Voló y durmió tranquilamente en la Moncloa. Uno de sus 800 asesores escribió un mensaje en las redes sociales lamentando la muerte de los guardias civiles, compañeros de los que hacen guardia en el palacio de la ignominia. Previamente, había firmado una donación de 310 millones de euros a Mauritania. A la Guardia Civil, que le den morcilla.
En San Fernando fue inhumado, con dolor disciplinado, don Miguel Ángel González, al que se le impuso la Medalla de Oro de la Guardia Civil. En Pamplona, don David Pérez Carracedo. Amparado por la presidente de Navarra, la socialista socia de los bilduetarras, llamada algo así como Chivite, se presentó el máximo representante de la desmembración nacional de la Guardia Civil y de su reducción presupuestaria, el lamentable e impresentable ministro Marlasca. Cuando se acercó Marlasca a imponer sobre el ataúd del héroe la Medalla de Oro, la esposa del fallecido, a gritos, impidió que fuera el marido de Aitor el que impusiera la condecoración en el féretro cubierto por la Bandera de España. Marlasca no sabía qué hacer ni donde mirar. Y fue un guardia civil el encargado de depositar la medalla mientras Marlasca, abucheado por el silencio triste, se vio obligado a recular.
En Valladolid, cuando se comprobó que no había tractores en el aire, despegó Sánchez hacia Madrid, derrochando decenas de miles de euros en queroseno. Se sentía cansadito, pero muy feliz por el cariño demostrado de sus paniaguados.
Los informativos de las cadenas de televisión oficiales y las sometidas a las subvenciones del Gobierno, como las de Atresmedia, principalmente, no ofrecieron imágenes de la valiente mujer que impidió a Marlasca condecorar a su esposo fallecido sobre el piraucho, la pequeña «Zodiac», de la dignidad. Los titiriteros no mencionaron a los héroes asesinados por el narcotráfico. Lucieron modelitos, ellas y ellos.
Clamor en España exigiendo la dimisión de Marlasca, que no se va a producir por el terror de Sánchez a que Marlasca saque la húmeda de su lugar y hable. Puma y Falcon para Sánchez. Pirauchos de 3 metros a la Guardia Civil para combatir el narcotráfico en la zona del Estrecho, dotado de una impresionante flota de Lanchas. Se eliminó el Grupo antidroga de la Guardia Civil por falta de presupuesto. Sólo con los 310 millones regalados a Mauritania podría haberse mantenido.
Los héroes sobre un piraucho, los derrochadores del dinero público en aviones y helicópteros para sobrevolar a los tractores. En las capillas ardientes pesadumbre y rabia, y en la alfombra roja de los farsantes, risas, poses y modelitos.
Así está España.
¡Viva honrada la Guardia Civil!