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Cosas que pasanAlfonso Ussía

El ruido y las nueces

Sánchez ha conseguido que el PP y Vox sean los encargados de escandalizar con el ruido para que sus corrupciones no dañen su cosecha de nueces

Actualizada 01:30

Hasta ahora, Sánchez ha sido habilidoso y eficaz, silenciando el escándalo de la corrupción continuada de su Gobierno y de su familia con el ruido del despiste. Tiene en el Gobierno y en muchos medios de comunicación a sus mejores colaboradores. Siempre que se siente acosado o comprometido, los medios de comunicación serviles se callan y sus ministros aulladores sueltan una barbaridad con trascendencia efímera, pero suficiente para distraer la atención de la ciudadanía. –Óscar, piensa en una burrada, la dices y así la gente deja de interesarse con lo de Begoña–. Y Óscar Puente cumple con destreza su cometido, que no es la administración y mejora de los Transportes, sino la captación del interés general mediante sus chorradas y extralimitaciones verbales. Y todos los que no pertenecemos ni compartimos, y menos aún, comemos del pesebre oficial, caemos en la trampa, y le dedicamos mayor atención a los exabruptos de sus especialistas en soltar majaderías, que en la corrupción del sanchismo, que no es sólo material, sino intelectual y reflexiva. Hay que reflexionar, meditar y planear la corrupción mucho y bien, para alcanzar con tanta facilidad los objetivos. El ruido para todos, y las nueces para ellos.

El gran problema, que diluye toda posibilidad de terminar con Sánchez y su creciente tiranía, no es otro que la inutilidad de los partidos de la oposición. El mismo PP ha caído en el mensaje de que Vox es la ultraderecha, y Vox que la arrogancia del PP le impide alcanzar unos acuerdos duraderos y confortables para unir sus fuerzas y alejar de La Moncloa al inquilino que ocupa sus estancias. Sánchez ha conseguido que el PP y Vox sean los encargados de escandalizar con el ruido para que sus corrupciones no dañen su cosecha de nueces.

No entiendo, comprendo ni me cabe en la mente al PP, ni entiendo, comprendo ni me cabe en la mente a Vox. Uno y otro se han empeñado en desmoralizar a sus votantes, que no entienden, ni comprenden ni les cabe en la mente, que no hayan encontrado el acuerdo mínimo para intentar lo que España necesita con urgencia. Expulsar a Sánchez de La Moncloa. No tienen otro mandato democrático que esa exigencia. Y están obligados a ceder en sus discrepancias y en sus desavenencias. Conseguido el fin, que hagan lo que les venga en gana, que es el destino final de las siempre fragmentadas, egoístas y estúpidas derechas españolas.

Sánchez ya no necesita a sus voceros y sus cómplices para desviar y nublar el ánimo y el análisis de sus adversarios. Son sus adversarios los que le ofrecen el campo libre para culminar sus tropelías. La ruptura del PP y Vox puede considerarse como el gran triunfo estratégico de Sánchez. El PP con sus complejos –y su desdichada dirección–, y Vox con su sorprendente y absurda altanería, se han sometido a la corrupción sanchista, dejando con la boca abierta a sus muchos millones de partidarios y electores. Parecen dos tontos discutiendo mientras el listo les anima a seguir enfrentándose y aprovecha la situación para adueñarse de todos los espacios del poder.

Sánchez no necesita a nadie para desviar la atención. Los españoles estamos en manos de la profesionalidad y decencia de los jueces independientes que aún quedan en España. Nada se puede esperar de estos partidos de la oposición dominados por los complejos y la farsa de la pureza. El ruido lo hacen el PP y Vox. Las nueces, no caben ya en La Moncloa.

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