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Ojo avizorJuan Van-Halen

Propaganda

Era un narcisista, ególatra sin límites, fanático, mentiroso y manipulador. Todas estas, llamémoslas cualidades, le acercan a la personalidad endiosada de Sánchez. Se le atribuye la frase «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad», principio también en la acción del sanchismo

Actualizada 01:30

Sobre propaganda resulta inevitable recordar a Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich. No era ningún patán, aunque si le preguntasen a Sánchez, con un desconocimiento universal de los asuntos de la Cultura (como el vacío del ministro Urtasun), desde su anemia intelectual se dejaría llevar por la ideología y opinaría que era sólo un facha redomado, pleno de maldades y sin mezcla de bien alguno. Y acaso era todo eso, pero, además, Goebbels tenía un doctorado en literatura por Heidelberg con una tesis sobre el dramaturgo romántico Wilhelm von Schütz. Una tesis no plagiada.

También desconocerá Sánchez (como Urtasun) que el luego dirigente del nazismo se acercó a la izquierda y coqueteó con el comunismo. Era un narcisista, ególatra sin límites, fanático, mentiroso y manipulador. Todas estas, llamémoslas cualidades, le acercan a la personalidad endiosada de Sánchez. Se le atribuye la frase «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad», principio también en la acción del sanchismo.

Goebbels, en un sistema cerrado, autocrático y manipulado, manejaba a su antojo los medios de comunicación, el camino que recorre Sánchez, incluyendo ahora las televisiones: controlarlo todo, aunque tenga que premiar con más de cien mil euros al año a unos tipos y tipas caseros para controlar aún más la televisión pública. A estos palmeros les pagamos todos. Antes no tenían sueldo fijo, ahora sí. Qué generoso es Sánchez

Otro aspecto de la propaganda nos ahoga: la manipulación de cifras económicas. La propaganda nos dice que la economía crece, pero oculta que crecemos endeudándonos más que nadie, dopándonos. El déficit público aumentó un 46,6% en los primeros meses del año, acumulando un déficit de caja de más de 47.000 millones. El país de la UE en que más creció el déficit. Y más déficit es más deuda. Muy preocupante cuando la catástrofe de Valencia tendrá un efecto demoledor en las cuentas públicas.

Al tiempo, fracasa la reforma laboral de Yolanda Díaz. Solo uno de cada cinco contratos es indefinido a tiempo completo, y sin contar las falsas cifras del paro que no contabiliza a los fijos discontinuos. Los expertos calculan que hay diez veces más fijos discontinuos de los que reconoce el Gobierno. La solución de Yoli, de acuerdo con sus sindicatos, es que se cobre más y se trabaje menos, lo que ahogará a muchas pequeñas y medianas empresas. A Yoli no le preocupa el empresariado; no hace otra cosa que atacarlo, incluso en situaciones tan tremendas como la DANA. Ella es otra ignara venida a más, a mucho más. Y es ministra cuando tiene serios problemas para juntar palabras y hacerse comprender. Es lo que ocurre si un político menor es capaz de todo para gobernar habiendo perdido las elecciones: un deslizamiento hacia la nada rodeado de evidente mediocridad.

Otro aspecto de la propaganda es la movilización de los propios. En la DANA la izquierda, incluidos socialistas, independentistas y ultras radicales, reaccionó como siempre: convocando una manifestación. Aunque esta vez, pese a la sordina habitual a la disidencia, se leyeron pancartas como «Sánchez, a la izquierda también la decepcionas» y gritos contra él. Y un cartel señalaba, junto a una fotografía de Sánchez: «O estás con él o eres un facha». Otros destacaban que Mazón se había quedado con los Reyes mientras Sánchez se esfumaba. La manifestación, de signo clarísimo, fue más abierta que de costumbre. Las movilizaciones de la derecha no concluyen con sorpresas, las de la izquierda siempre. Hubo encapuchados, bengalas, altercados, enfrentamientos, palos contra la policía y detenciones.

Más propaganda. La doble vara de Irene Montero. La nueva tertuliana fichada por Risto Mejide no va a sumar intelectualidad al programa, de sobra conocido en sus contenidos, pero aportará su verbo encendido. Qué bien. Apoyó en un medio la manifestación contra Mazón y consideró «reaccionarios» a los movilizados en Ferraz. En X se preguntó: “¿Quién ha tomado la decisión de ordenar cargas policiales contra el pueblo que pide justicia? Ya se sabe: el pueblo está contra Mazón, pero no es pueblo si se manifiesta contra Sánchez.

Lo más curioso que he leído sobre Irene Montero se incluía en un tuit. Aseguraba que si ella fuese estadounidense y hubiese tenido el papel de Kamala Harris, habría ganado a Trump. Un burlón contestó: «Si fueses estadounidense serías Monica Lewinsky». No comparto la humorada, pero me recordó un video de la hoy eurodiputada en que aparece ofreciendo unas enseñanzas, no precisamente regladas, dirigidas a chicas jóvenes al parecer deseosas de aprender en una materia tan personal como delicada.

La propaganda, al menos desde Goebbels, suele ir unida a la mentira, asignatura en la que el fundador del sanchismo es maestro. Y sin parangón conocido.

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