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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Decorado

Actualizada 01:30

Ana Martín, enviada por El Debate a Sevilla para informar del impresionante y fundamental Congreso del PSOE, ha resumido en una sóla frase la trascendencia de la magna reunión de borregos: «Todo esto es un decorado». Una rebaño de corderos, vigilados por un centenar de mastines.

Del mastín A al mastín B: —El cordero de la fila 23, butaca 18, no ha aplaudido al Líder Supremo cuando ha prometido construir 100.000 viviendas—. Del mastín B al Mastín H: — Saquen al cordero disidente, procedan a darle unos cuantos bocados y a la calle—.

Tumulto. Ha llegado sin previo aviso, de sorpresa «sostenible». la tetraimputada. Griterío, abrazos, aplausos, besos. La ordinaria de Triana a punto del patatús. Se ha sentado junto a su esposo, el jefe de la banda, y hacen manitas. En la segunda fila, con expresión de alivio celestial, el siempre discreto padre Ángel, con su corbata roja, su bufanda roja y su roja felicidad. Se trata del Gunillo Von Bismark de la Iglesia y su presencia prestigia la fiesta. Ovación cerrada a Chávez y Griñán, los de los ERE trincados a los obreros. Cerdán con hambre. —Pedro, estoy desfallecido. ¿Tenemos «catering» especial los mandos o vamos a compartir el pienso con los borregos?—; —especial, amigo mío, especial—; —uff, qué alivio—. Del hambre a la Internacional, que trata de eso. Puño izquierdo en alto.

¡Arriba los pobres del mundo.
En pie, los esclavos sin pan!

Emoción.

Cambiemos el mundo de base,
Hundiendo el imperio burgués.

Lágrimas de revolución a punto de brote y posterior cauce.

¡Agrupémonos todos en la lucha final!

La repanocha.

Cerdán, a Sánchez: —Ha quedado precioso el himno, presidente,
Sánchez a Cerdán: —Música y letra de mi hermano—.
—Un fenómeno, Pedro, un fenómeno. Anda, vamos a comer.
—Invita al padre Ángel de mi parte. Le encantan los canapés.
—Hecho, Pedro.
—Y que venga también la polaca. La que está enamorada de mí.
—¿La de las fotos?
—¡Equilicuá!

Ambiente distendido, risas contagiosas y contagiadas, la trianera concediendo la razón al gran poeta de las marismas, Fernando Villalón, protector de «Pernales», ganadero, jinete cumbrero más allá de lo equino, conde de Miraflores de los Ángeles. —No hay nada menos gracioso que un andaluz sin gracia—.
La comitiva presidencial preparada. Pedro, Begoña, la tetraimputada, y cincuenta coches de escolta.
—A San Pablo, que el avión nos espera, Pichona.
—Ha sido precioso, Pedro. ¡Y cómo me han aplaudido los nuestros! ¿Se ha llegado a un acuerdo o una conclusión final?
—Si, Pichona, que sigo. Se lo he prometido a Zapatero.
—Te comería a besos, mi Pierrot—.

Y sin ovejas, mastines, pelotas y granujas, se levantó el decorado.

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