Fundado en 1910
Al bate y sin guanteZoé Valdés

El hermano del dictador

No obstante, miren cómo funcionan las masas, en lugar de ser Musito quien llegó a dictador comunista, fue su hermano, el pandillero gordito pesado de dientes podridos quien cogió la batuta; Musito quedó como el hermano «maricón» de Fidel Castro

Actualizada 01:30

Fidel Castro tuvo varios hermanos mayores y menores. Uno de los menores era el más querido y mimado por las hermanas, le llamaban Musito, todavía vive, es Raúl Castro. Las hermanas adoraban a los hermanos, menos a Fidel, pues se comportaba demasiado autoritario con ellas y se burlaba de Musito, al que ponía siempre en la peor de las situaciones, de ahí que hasta su muerte, inclusive en el exilio (Juanita Castro escribió un libro para salvar a Musito), las hermanas siguieran protegiéndolo frente al gordito pesado de dientes careados llamado Fidel Castro.

No se sabe si debido a la ternura excesiva que proveían sus hermanas a Musito, este se afectó en cuanto a maneras, gestualidad, y otros floripondios. De nada le valió que —bajo órdenes de Lina Ruz, la madre, que llevaba pistola al cinturón y un rifle colgado al hombro (las madres suelen ser la causa de casi todo), y que se dio cuenta de que Musito no era igual de masculino que el viejo gallego Ángel y mucho menos que su verdadero padre, el chino Felipe Mirabal, soldado de Batista, y que el resto de la prole— el mismísimo general Fulgencio Batista lo apadrinara cargándolo en brazos (la foto existe), le brindara la oportunidad de estudiar en una de las célebres escuelas de los sargentos de su creación que hicieron la primera alfabetización de campesinos de la isla, que después copió Fidel Castro apropiándosela; así y todo el esmirriado Musito continuó con sus amaneramientos y esa vocecita de zorzal ronco.

Lina estaba preocupada, pensaba sin cesar en lo que pudiera salvar a Musito de la «mariconería», tal vez Alicia Alonso, la bailarina que luego fue prima ballerina assoluta castrista, pero que en verdad llegó a ser bailarina gracias al amparo de Batista, el malo, que le pagó una magnífica beca en Estados Unidos (los documentos existen), pero Musito era zambo entonces… Sin embargo, en lo que el palo iba y venía Musito encontró su vocación: marxista leninista bajo el adoctrinamiento soviético. De modo que se hizo comunista primero que su hermano Fidel.

No obstante, miren cómo funcionan las masas, en lugar de ser Musito quien llegó a dictador comunista, fue su hermano, el pandillero gordito pesado de dientes podridos quien cogió la batuta; Musito quedó como el hermano «maricón» de Fidel Castro. Hasta el mismo Fidel se burlaba de él delante de las tropas, y con Huber Matos, quien me lo contó en una entrevista (el vídeo existe): —«Fidel me decía, Huber, no le encargues nada a Raúl, no ves que es medio sonso este mariconzón…». Tal vez para vengarse fue que Raúl mandó a matar a Camilo Cienfuegos, el mejor amigo de Huber, montándolo en aquel avión «desaparecido», después ordenó que cada año en la fecha de la «desaparición» los niños tiraran flores al mar, luego cuando acabó con los jardines, se tiraron flores plásticas, ahora solo fingen el gesto de lanzar imaginadas flores.

Para mantenerlo ocupado y se creyera importante, Fidel le dio a Musito la misión de fusilar a montones de cubanos junto al Che Guevara, cuya tara era la de asesinar cubanos. Lo que fusilaron Musito y el Che QuéTara es imposible de calcular, al acabar con las balas Musito llamó a Fidel a Rusia, se hallaba cazando patos en medio de la taigá al lado de NikitaNikita-lo-que-se-da-no-se-quita-Krushov, tanto jodió Musito con la falta de municiones que Fidel harto, pues no podía apuntar bien con el fusil de caza mientras hablaba desde teléfono submóvil soviético cuyo cable atravesaba la taigá entera desde el Comité Central, las baterías eran sendos barcos aparcados a cada lado de dos picos de nieve, le encomendó que buscara la solución. Musito y QuéTara recopilaron centenares de metros de soga, se dedicaron a ahorcar disidentes a tutiplén. Así surgieron las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción, campos de concentración), en las que encerraron a curas, monjas, putas, pederastas —decían ellos— y los mataban sin contemplaciones. No hay nada más malo que un mariquita renegado, mi abuela dixit.

El escándalo fue tal que el Comandante lo apartó un tiempo. Harto de tenerlo detrás oliéndole el ojete a toda hora, le entregó uno de sus juguetes: las Fuerzas Armadas. De más está contarles que Musito se volvió alcohólico, de tanto absorber vodka con los «hermanos» instructores militares soviéticos en la Embajada de la URSS, que si la observan su arquitectura muestra una botella de vodka al revés; daba los peores espectáculos que el hermano mayor pudiera soportar. Si recibía a una delegación de un país hermano comunista, Musito llegaba totalmente beodo, se derrumbaba de bruces contra las botas del enviado, o se empecinaba en hablar boberías.

Cuando al Cagandante se le reventaron los esfínteres y ni un ano coreano ni un cirujano español pudieron devolverle sus funciones cerebrales, miró en su entorno para decidir a quién iría a nombrar sucesor; advirtió que no tenía a nadie más que a Musito, a los otros los había mandado a fusilar o al exilio tras décadas de pudrirse en las ergástulas de su antojo. No le quedó más que nombrar a Musito de lo que ha sido hasta ahora la dinastía comunista más longeva junto con la de Norcorea. Díaz-Canel-SinCasa, además de ser el antiguo efebo, es la marioneta de Musito y de su hijo tuerto entrenado por Vladimir Putin.

Esta anécdota, o «anecda», diría Juana Bacallao, para avisar que los dictadores comunistas no se largan del poder. Siempre quedará un hermano, que aunque no sepa ni dónde está parado, podría devenir sucesor si al solitario dictador le cantaran las ganas.

comentarios
tracking