Hoy hace 36 años. El 20 de enero de 1989 marcó un hito en la historia política española: la fundación del Partido Popular. Surgido como una refundación de Alianza Popular de Manuel Fraga, pronto se convertiría en el partido político de centro-derecha más importante de Europa junto a la CDU alemana. La reunión de las familias liberales, conservadoras y democristianas se configuró como la mejor alternativa moderna y reformista a una izquierda que aquel año vio cómo se le caía el muro de Berlín.
Fundadores del Partido Popular con Manuel Fraga en el centro de la imagen
El PP nació con vocación de gobierno, adaptándose a los nuevos tiempos y conectando con los anhelos de la gran mayoría de los españoles. Desde los inicios hemos defendido una España que confía en su sociedad, abierta al mundo de la mano del europeísmo y del atlantismo, con una economía fuerte de mercado y un Estado de bienestar eficaz y eficiente. También somos el partido que mejor refleja la pluralidad de España, defendiendo el Estado autonómico con su respeto tanto por la diversidad como por la unidad. Y somos aquellos que vamos a liderar la regeneración democrática tras los años de degradación institucional que estamos sufriendo.
Nuestra hoja de servicios a los españoles puede tener alguna mancha, pero es, sin duda, la más meritoria de todos los partidos existentes. Los gobiernos de José María Aznar (1996-2004) fueron especialmente significativos para España. Durante ese período, logramos importantes avances económicos y sociales. Los españoles se sintieron orgullosos de un país que generaba empleo como nadie en la Unión Europea y que entraba en el euro por la puerta grande. España se modernizaba y lideraba. España era parte de la solución. Y Cataluña, su gran motor. Los catalanes avanzamos económica y laboralmente como nunca. El gobierno del Partido Popular impulsó el AVE Barcelona-Madrid, la ampliación del puerto y la del aeropuerto. Siempre hemos defendido y siempre defenderemos una Barcelona fuerte y conectada con el mundo.
Posteriormente, bajo el liderazgo de Mariano Rajoy (2011-2018), el Partido Popular se enfrentó, una vez más, a una de las peores herencias económicas. La mala gestión socialista había dejado un Estado lleno de deudas y una sociedad indignada. Sin embargo, una vez más, le dimos la vuelta a la situación. No fue fácil. Y tuvimos poca ayuda. El nacionalismo catalán quiso competir con el populismo de extrema izquierda e inició un empobrecedor procés separatista. Cataluña se dividió, pero superamos aquel ataque a la democracia y lo hicimos con justicia y respetando la Constitución, sin cesiones ni venganzas.
A lo largo de toda su historia, el PP ha demostrado su compromiso con la conciliación de la libertad individual y el bienestar social. Este reto solo ha podido lograrse gracias a la responsabilidad política y al buen gobierno. Algo que hoy se echa de menos. Los españoles estamos hoy divididos por un «muro» impuesto por Pedro Sánchez y sus socios, y estamos exasperados por los continuos escándalos que protagoniza el entorno presidencial. Sin embargo, estos tiempos oscuros también pasarán. Alberto Núñez Feijóo está preparado para ser el tercer presidente popular de España y el partido tiene la experiencia suficiente para volver a unir a los españoles en concordia. Las siglas del PP fueron, son y serán las de la libertad y la prosperidad.
Daniel Sirera, presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona
