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Cartas al director

Derecho a la educación

Como estudiante, debo admitir mi preocupación por los recientes cambios en el sistema educativo español. Si seguimos la lógica del filósofo Antonio Escohotado, que afirmaba que «un país es rico porque tiene educación», solo podemos concluir que España es un país pobre. Las recientes reformas educativas parecen interesarse más por las políticas igualitarias de la ministra Montero, enseñando el sentido socioafectivo de las matemáticas y el ecofeminismo, que intentar lidiar con el alarmante número de alumnos, especialmente niños, que abandonan la enseñanza a los 16 años. La ministra Pilar Alegría parece olvidar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que un 50 por ciento de las mujeres de 25 a 34 años tienen estudios universitarios, mientras que los hombres únicamente alcanzan el 38 por ciento. ¿Dónde está las políticas de paridad cuando se necesitan? Parece que el objetivo prioritario de este Gobierno es el de imponer una forma de pensar, eliminando cualquier pensamiento disconforme, aplicando sus políticas ideológicas sin importarles el resultado. Mientras la filosofía desaparece de las aulas, solo podemos ser testigos de cómo los centros educativos se vuelven fábricas de analfabetos, dependientes de «papá Estado». ¿Qué ha pasado con el derecho a la educación?

Gonzalo Escrig Molina

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