«Señorías yo les anuncio…»

Ha mentido tanto, se ha contradicho tanto, ha incumplido tanto, ha falconeado tanto que, cuando Sánchez sube a la tribuna del Congreso y dice «señorías, yo les anuncio…» a los ciudadanos nos entra, por no llorar, el descojone, la risa tonta. Vemos y oímos a nuestro Excmo. doctor y nos viene a la cabeza la imagen reciente del lugareño de Zamora que, ante los incendios de este verano, le espetó: «¿Tú?, ¿tú vas a arreglarlo?». Si no fuese porque Sánchez se escabulló rápido, estoy seguro de que el lugareño hubiese añadido: «¡Vamos anda, majete, a tomar viento!». Lo único que le queda por anunciar a Sánchez es, en mi opinión, la disolución de las Cortes. Como decía Tom Hagen, mutatis mutandis, en una recordada escena de El padrino II, la disolución de las Cortes es una buena solución, quizás la única…