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Cartas al director

Madrid, el arsénico de Sánchez

Se barruntan ya las próximas elecciones autonómicas y el ambiente político se enrarece. El delirio quijotesco de la izquierda de ver fascismo en todo lo que se mueve les ha llevado a crear un relato surrealista con la intención de invertir el rumbo de las encuestas, claramente favorables a Díaz Ayuso, el anticristo de la religión socialista, el arsénico de Sánchez.

El objetivo de Sánchez nada más ocupar la Moncloa fue reconquistar Madrid, poniendo en marcha todas sus artimañas para echar al PP de la puerta del Sol. Utilizó a la prensa del pesebre para que presentaran a Ayuso como una persona simple y «bobita». Pero su estrategia basada en la mentira, el insulto y la chulería no coló. ¿Qué sucedió?, que los resultados electorales fueron como un tsunami avasallador de Ayuso y un debacle histórico, del PSOE, humillante, como lo calificó el Financial Times. Gabilondo, candidato marioneta del PSOE, trató de convencer a los madrileños de que solo había dos opciones, o él, o el fascismo, y el resultado fue que el PSOE quedó relegado al tercer puesto, y Gabilondo fuera de la política.

Podemos ocupó el farolillo rojo, provocando el abandono político de Iglesias que en su despedida de la campaña pidió a los madrileños mandar a la oposición a los enemigos de la democracia. Sus deseos se cumplieron y los enemigos de la democracia han permanecido dos años más en la oposición.

El panorama político actual parece un calco de lo vivido en las últimas elecciones. La izquierda totalitaria no aprende y persiste en su estrategia equivocada del insulto. Un error de bulto, porque cada arremetida virulenta contra Ayuso, le proporciona un saco de votos y le facilita su acceso a la autopista que la llevará hacia la Presidencia. De nuevo, parece que los madrileños van a celebrar el éxito que impedirá que Madrid se convierta en un chiringuito gobernado por la extrema izquierda totalitaria.

José Antonio Prieto Solís

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