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Cartas al director

Luis Enrique, 'showman' y 'streamer' de la selección

En los años 2008, 2010 y 2012, la época más gloriosa de la selección española de fútbol, estaban como seleccionadores Luis Aragonés y Vicente del Bosque, dos auténticos profesionales del fútbol y caballeros de la vida. Fueron tan inteligentes que hicieron ver que los fútbolistas eran los importantes, con auténticos lideres en el campo (Casillas, Pujol, Ramos, Villa) y ellos supieron permanecer, sabia e inteligentemente, en un discreto segundo plano.

Todo lo contrario ocurre ahora en 2022 con el seleccionador Luis Enrique convertido en el líder de la selección e incluso de los medios de comunicación con su nuevo oficio de showman y streamer. Yo, como tantos muchos españoles, no tengo ninguna confianza ni ilusión en nuestra selección por culpa de este señor y por los jugadores que ha llamado y sobre todo por los que ha descartado y esto lo considero muy importante ya que con su chulesca actitud ha dividido a la afición española como nunca en su historia.

Luis Enrique y su complejo de inferioridad personal quiere y necesita ser siempre el más importante en todo lo que hace (incluso para destacar no dudaría en ser el muerto en un entierro), ya que en mi opinión ha cometido muchos errores antes de llegar a Qatar (que ya expuse en otra carta) e incluso en los días previos al comienzo del Mundial.

En estos días ha sido noticia la sorprendente sustitución del valenciano Gaya por un chico del Barcelona (otro más) y que este año estaba cedido en el Getafe. Los médicos del Valencia han mostrado su sorpresa por tal eliminación ya que dicen que el esguince leve de tobillo de Gaya estaría recuperado antes del comienzo del Mundial.

Seguro que todavía nos espera alguna «genialidad táctica» más del seleccionador español durante el mundial, que, por supuesto, les serán reídas por el impresentable presidente Rubiales de la Federación Española de Fútbol, cuya destitución es agua cantada y solo lo mantiene en el cargo otro de los chantajes telefónicos hechos al presidente Sánchez y a los altos cargos del deporte español.

Ojalá, y por el bien del fútbol español, me equivoque totalmente, pero creo, ya que el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, y en este caso, las palabras y mucho más los escritos, hay que hacerlos antes de que España juegue su primer partido en el mundial de Qatar.

Dr. Manuel Gallo

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