Cartas al director
La verdad y otras verdades políticas
Hay un hecho histórico bien conocido que nos narra el evangelista san Juan en relación con el juicio de Jesús ante el procurador Poncio Pilato. Al final del interrogatorio el Maestro le dice: «Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». Pilato le dijo: «Y ¿qué es la verdad?».
Pues sí, como dice el refrán popular, con la verdad hemos topado. Una de las acepciones que nos ofrece el diccionario de la RAE es: juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. Luego, se admiten también otras acepciones: expresión clara, existencia real de una cosa… En el argot popular se hace referencia a honestidad, buena fe, sinceridad humana. Y desisto ya de entrar en campos filosóficos, etc. En fin, creo que todos, o casi todos, tenemos la noción clara de lo que significa el término verdad.
Pero he aquí que los políticos, algunos políticos, determinados políticos, se acogen a otra interpretación genuina, peculiar e interesada para defender el concepto de verdad: la verdad consensuada, circunstancial y oportunista. Lo que se acuerda por consenso entre un grupúsculo, eso es la verdad y no se admite otra, así de simple. Circunstancial y oportunista es que puede ser variable: si ayer interesaba defender una opción como verdadera y hoy interesa afirmar que la verdadera es la contraria pues sencillamente se afirma, sin necesidad de rectificar o dar explicaciones. Estas son sus claves para defender que ellos siempre dicen la verdad. Es simple cuestión de matices.