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Cartas al director

Ínfulas narcisistas

España vive una crisis institucional sin precedentes, originada por las ínfulas narcisistas de Pedro Sánchez. Conocida su mitomanía compulsiva, nadie puede creerse el argumento que la «pacificación» de Cataluña sea el verdadero motivo de su infame comportamiento. Sería irracional provocar un cisma nacional, para disminuir la crispación originada por un sector minoritario separatista. La realidad es otra. Sánchez ha planificado una hoja de ruta que tiene como objetivo echar abajo nuestro sistema político de Monarquía parlamentaria, con la intención cumplir el anhelo impreso en su subconsciente, de reemplazar al Rey como jefe del Estado. Su atraco al Código Penal y su intención de controlar el Poder Judicial van en esa dirección. La situación ha alcanzado tal nivel de gravedad, que ha tenido que enmendarle la plana el TC. Los ciudadanos están atónitos ante la reacción de esta izquierda rupestre que no cesa de insultar a los tribunales y a la oposición, dejando patente su totalitarismo. La situación es tan surrealista, que obnubilados por un derrape neuronal, han tachado la decisión del TC de un golpe de la derecha.

La preocupación de esta deriva caótica, no es una cuestión partidista ni un delirio de la oposición, es la preocupación de gran parte de la sociedad. El manifiesto público en defensa del orden Constitucional firmado por decenas de ciudadanos, exdiputados, senadores y catedráticos de Derecho Constitucional, corrobora la gravedad de la situación a la que nos ha llevado Sánchez.

Si añadimos a sus actuaciones delictivas su comportamiento indecoroso y sus groserías reiteradas con el jefe del Estado, estamos ante un personaje indeseable y abyecto, incompatible con la democracia.

José Antonio Prieto Solís

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