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Cartas al director

De mí, ¿qué dirán?

Han tenido que pasar los trecientos casos de reducciones de condenas a agresores sexuales para que el Gobierno reaccione. Admiten que van a modificar la ley del 'solo sí es sí'.

Poco ha durado la ley que el presidente Sánchez se sentía orgulloso y calificó como «una ley de vanguardia que va a inspirar otras muchas leyes del mundo». Tres meses para reconocer su error y empecinamiento tanto del presidente como de la responsable de igualdad Irene Montero. Pero esta errata no ha sido involuntaria, sino consciente, lo que supone una gran irresponsabilidad por parte del Gobierno.

Una imprudencia a sabiendas, que se deduce de las palabras expresadas por la exvicepresidenta Carmen Calvo, al afirmar que «el PSOE sabía que la ley tenia errores, pero aceptó porque la ley era de Irene montero». Optaron por mirar a otro lado, a pesar de las advertencias e informes negativos, porque «se respeta a una ministra cuando dice: 'Esta es mi ley y en estas condiciones las quiero sacar'». Chupa del frasco carrasco, saben que algo está mal y se hacen cómplices de la barbaridad y chapuza legislativa por no desautorizar a una ministra que lo único que ha conseguido es una ley que, acertadamente, Núñez Feijóo califica de «bochorno nacional e internacional, y dolorosa para las víctimas». Y como diría el gran periodista, que se caracteriza por su ¿imparcialidad?, Antonio Ferreras «y aquí no dimite nadie». Y así seguimos, sin dimisiones o ceses.

Pero no solo ha habido por parte del Gobierno inoperancia e ineptitud, sino también ha habido que tolerar las risas de la secretaria de igualdad, Rodríguez Pam, y por dos veces, de las excarcelaciones de violadores.

Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, la fórmula elegida para reformar la ley, es nuevamente una proposición de ley. Otra vez eludirán los informes del Consejo General de Poder Judicial y del Consejo de Estado. ¿Se avecinará otra chapuza?

Sánchez seguirá sin conciliar el sueño. Por tres razones. Sigue dependiendo de sus socios, los que le producían insomnio. Se acercan elecciones y las más importante de todas, tal como confirmó el exministro de cultura Máximo Huertas «el Breve», al presidente solo le preocupa «cómo le vería la historia en el futuro». Pasarás a la historia, que no te quepa duda, como te definió Quim Torra, expresidente de la Generalitat de Cataluña, un político «con muchas curvas» que cambia de ideales con tal de ser presidente.

Suso González

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